Entrevista: ¿Hay ventajas del teletrabajo sobre la presencialidad?
Entrevistamos a Silvia Valencia, psicóloga con experiencia en recursos humanos, sobre los cambios que ha traído consigo la vuelta a la presencialidad en el ambiente laboral.
Con el paso del tiempo, muchas de las personas que trabajan desde casa, ya acostumbradas, se han mostrado reacias a volver a la presencialidad ahora que las restricciones han cedido. Foto: Unsplash
LatinAmerican Post | Vanesa López Romero
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Read in english: Interview: What Are The Advantages Of Remote Work?
A grandes rasgos, los cambios constantes que ha traído consigo la pandemia por la COVID-19 han afectado social, política y económicamente. Pero si vemos más de cerca nos damos cuenta que esas consecuencias vienen también del efecto que hay sobre cada individuo. Es claro que al inicio de la pandemia, los cambios repentinos que se tuvieron que vivir trajeron consecuencias en las vidas personales de cada quien. En el caso de los empleados, muchos de ellos tuvieron que seguir asistiendo a las empresas bajo medidas de bioseguridad muy estrictas, mientras que otros tuvieron que acostumbrarse a realizar sus labores desde casa. Con el paso del tiempo, muchas de las personas que trabajan desde casa, ya acostumbradas, se han mostrado reacias a volver a la presencialidad ahora que las restricciones han cedido. En esta entrevista con Silvia Valencia, psicóloga experta en recursos humanos, hablamos sobre esta tendencia a no querer volver a la oficina, las ventajas y desventajas del teletrabajo y más sobre este tema.
LatinAmerican Post: Con el avance de la aplicación de las vacunas se ha planteado volver a la presencialidad, pero algunas personas que trabajaron en teletrabajo durante lo que va de la pandemia han mostrado resistencia a volver a las oficinas/lugares presenciales de trabajo. ¿Por qué consideras que sucede esto?
Silvia Valencia: Yo creo que hay tres grupos de personas: las que están resistentes, las que están felices de no estar todo el tiempo en la casa y las que tienen motivos tanto para preferir el teletrabajo como la presencialidad; estas son las personas que proponen el modelo híbrido, unos días en la casa y otros días afuera. Centrándonos en el primer grupo, lo que hemos visto es que cambiar el hábito es difícil. Así como fue difícil pasar de la presencialidad a la virtualidad, salir de la virtualidad a la presencialidad también lo es. Es cambiar de hábitos, tener gastos que ya no se tenían, es que cambien los horarios otra vez, es enfrentar a situaciones nuevas porque llevamos en esto casi dos años. Estos cambios siempre generan un tipo de roce o de dificultad.
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Hemos visto que uno de los motivos principales tiene que ver con el tema de ahorro. La gente se dio cuenta que estando en la casa ahorran transporte, comida, gastos generales que se hacen cuando se está fuera de casa, y también ahorro en tiempo. Además, la gente ha valorado mucho poder estar en su casa, poder compartir con su familia, y ahora existe el temor a perder esos espacios que se ganaron con la virtualidad.
Adicionalmente hay un punto muy importante: hay mucho miedo. Esta enfermedad ha matado a miles de personas y aunque la vacuna demuestra que los número baja, la gente sigue con miedo a ser parte de ese pequeño porcentaje de personas que, a pesar de estar vacunadas, se infectan y fallecen. Miedo a las nuevas variantes. La gente está asustada porque ya sabemos cuál es la gravedad de la COVID-19 después de casi dos años de vivir esta pandemia.
L.P.: Los cambios han sido la constante de la pandemia, ¿cuál crees que sea el proceso correcto para volver a la presencialidad? ¿Cómo debe hacerlo el empleador y cómo, el empleado? ¿Hay ventajas en la presencialidad sobre el teletrabajo? ¿las hay en el teletrabajo sobre la presencialidad?
S.V.: Yo creo que no hay un proceso correcto. Esto no es una receta. Pero en este momento tenemos la ventaja de que podemos hacer un proceso. Cuando pasamos de la presencialidad a la virtualidad no hubo proceso, todo fue repentino. Un día estábamos trabajando y al otro día estábamos encerrados aprendiendo a hacer las cosas diferentes como pudiéramos. Ahora mismo tenemos la oportunidad grandísima de que esto sea un proceso. Los procesos permiten planeación, que se piense, permiten tiempo, permiten el ensayo y error.
En estos casos y creo que ayuda hacer ejercicios a consciencia sobre lo que hemos ganado y perdido, desde el nivel micro al macro o del macro a micro. ¿Qué ha ganado el empleado y qué ha perdido en la virtualidad? ¿Qué ha ganado el área y qué ha perdido en la virtualidad? ¿Qué ha ganado la empresa y que ha perdido en la virtualidad? ¿Qué ha ganado el negocio, el sector, la economía y qué ha perdido en la virtualidad? Luego hay que pensar cómo se puede conservar lo que se ha ganado y cómo recuperar lo que se ha perdido. Este es un ejercicio que todos debemos hacer. Esto no es una receta, como ya mencioné, es diferente para todos. En la medida en la que realicemos este ejercicio podemos ir construyendo un camino donde combinemos lo mejor de los dos mundos.
L. P.: En caso de otro brote o de una quinta ola mundial, ¿no sería contraproducente volver a la presencialidad para después volver al teletrabajo inmediatamente?
S.V.: La tendencia global es el modelo híbrido en donde se combinan estos dos mundos. No sería preciso hablar de volver a la presencialidad para volver después a la virtualidad. Hoy estamos en la mitad. Cada negocio está en un lugar diferente en esos matices entre la virtualidad y la presencialidad.
Pero en caso de tengamos que encerrarnos otra vez, ya lo sabemos hacer, ya lo hicimos, ya lo sufrimos y vivimos. Yo creo que lo más difícil fue ese momento en el que no sabíamos cómo hacerlo. Donde no teníamos los sistemas, ni las plataformas, ni las metodologías. Pero ya las tenemos. Cada empresa fue construyendo su mejor versión, la que mejor se adapta a cada una. Yo realmente no le tengo miedo a eso. Le tengo más miedo al virus como tal que a los cambios que pueda generar.