¿Hijos de quién? el problema de los vientres de alquiler en Ucrania
Durante los últimos años, Ucrania se ha convertido en un destino para las parejas que buscaban un vientre de alquiler. No obstante, la guerra ha hecho evidente varios dilemas sobre la maternidad subrogada. Te contamos sobre esta crisis.
Foto: Freepik
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
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Niños recién nacidos abandonados en hospitales, mujeres embarazadas tratando de pasar las fronteras a salvo y parejas desesperadas, a millones de kilómetros, tratando de encontrar a sus bebés, a quienes aún no conocen. Este es el escenario que está dejando el conflicto en Ucrania para las familias que han decido optar por la maternidad subrogada para tener un hijo.
En Ucrania, la subrogación comercial de los vientres es legal desde el año 2000, para heterosexuales casados. Además, es más económica que en países como Estados Unidos. Por ello, se ha convertido en un país lider en este tipo de procesos. Además de Ucrania, en algunos estados de Estados Unidos y Canadá, y en Grecia, Georgia, y Rusia también es legal, de acuerdo con Growing Families, una organización internacional que trabaja con el tema.
Una de las compañías más grandes para realizar estos procesos se llama BioTexCom. De acuerdo con su información oficial, al año tienen cerca de 3.000 clientes de países como China, Alemania, Inglatera, Irlanda o Argentina. No obstante, la guerra y los bombardeos han puesto en una situación muy delicada a las mujeres gestantes, los bebés y los padres.
El fenómeno tiene tanta importancia en el país, que incluso el Ministro Simon Coveney habló del tema en una de sus primeras intervenciones, asegurando que se habían establecido diálogos diplomáticos (en este caso con Irlanda) para “garantizar que las familias que han estado involucradas en la subrogación en los últimos días puedan llega a casa seguros".
¿Cuáles son los dilemas con la maternidad subrogada?
Hoy, debido a la guerra, esto se ha convertido en una crisis que ha enfatizado en los dilemas jurídicos y morales que discuten los expertos sobre este tema. De hecho, plantea una ironía grande pues una pareja podría decir “es su cuerpo, pero adentro está mi bebé”. En este sentido, las mujeres tienen autonomía de decidir sobre su propia vida, pero no sobre la vida del bebé que están gestando. De hecho, en los contratos de subrogación, se pueden establecer claúsulas sobre lo que la mujer puede o no hacer. Y es que es lógico que los padres deseen las mejores condiciones de salubridad y seguridad para sus bebés.
No obstante, ¿hasta que punto se pueden hacer transacciones y acuerdos con la vida y la libertad? Diarios de todo el mundo han reseñado en los últimos días las travesías que están haciendo padres para encontrar a sus bebés. Sin embargo, están quedando muchos vacíos.
Con las fronteras cerradas y la situación de peligro, resulta imposible que los padres “recojan” a sus hijos. Mientras tanto, los bebés están quedando en una situación compleja en cuanto al estatus de su nacionalidad y de quién es responsable de ellos. “La ley en Ucrania establece específicamente que el bebé pertenece a los padres intencionados y la madre sustituta no tiene derechos prenatales”, señala Growing Families. No obstante, si se mueven a otros territorios, las legislaciones pueden ser diferentes y supondrían un desafío extra para las madres gestantes y los padres, dejando a los bebés en un limbo.
La compañía BioTexCom, ha comunicado que construyó un refugio antiaéreo de emergencia en su clínica de fertilidad para proteger a los bebés que nazcan en medio de la guerra. Asimismo, asegura que las enfermeras cuidan las 24 de los recién nacidos. Es así como cientos de niños están esperando en refugios, atrapados en una guerra, a que lleguen sus padres.
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Lo cierto es que está situación está dejando más preguntas que respuestas sobre la maternidad subrogada. ¿qué sucedería si una madre no logra ponerse a salvo y lleva en su vientre al hijo de otra pareja? Teniendo en cuenta que hay una transacción comercial en medio, el panorama parece bastante confuso.
Asimismo, las mujeres gestantes tienen hijos y, por supuesto, familia. Por lo tanto, no resulta tan fácil pedirles que se muevan a un territorio seguro para proteger al bebé que llevan en su vientre, mientras dejan a sus familias en un territorio en guerra. Entonces, los intereses de las madres sustitutas y los de los padres “clientes” no siempre coinciden, pero hay contratos y dinero en medio.
Mientras tanto, en el resto del mundo aún hay muchos vacíos jurídicos sobre los vientres de alquiler. Es cierto que puede constituir una oportunidad para que parejas puedan tener un hijo. Sin embargo, también es cierto que las mujeres que prestan su vientre, suelen ser de bajos recursos y en estado de vulnerabilidad. Por lo tanto, esta crisis en Ucrania hace un llamado a los legisladores del resto de países a considerar con seriedad este tema y abordarlo de forma integral, pues se trata de un desafío en crecimiento. Por su parte, en Latinoamérica, países como México, Panamá o Colombia son promovidos como destinos para la maternidad subrogada, pese a que no en todos los estados (en el caso de México) o en el país mismo sea un práctica regulada o legal.