A propósito de Ciro Guerra: ¿Debemos cancelar a las celebridades por sus acusaciones?
Esta semana se hizo público el caso de Ciro Guerra, director colombiano, ¿debemos cancelarlo?.
El debate ha empezado tras conocerse las acusaciones contra el reconocido cineasta. / Foto: Wikimedia – Armineaghayan
LatinamericanPost| Staff
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Read in english: About Ciro Guerra: Should we cancel celebrities for their accusations?
Este miércoles 24 de junio, la revista feminista Volcánicas publicó un reportaje escrito por Catalina Ruiz-Navarro y Matilde de los Milagros en el que se hacían públicos los testimonios de ocho mujeres que denuncian al director colombiano Ciro Guerra de acoso y abuso sexual. Siete de estas denuncias son de acoso sexual, algunas con uso de la fuerza, y otra más es de abuso sexual. Esto ha abierto el debate en diversas redes sociales sobre si debemos cancelar a nuestras celebridades favoritas. Acá nuestras primeras impresiones.
¿Quién es Ciro Guerra?
Es tal vez una de las figuras más importantes de la industria cinematográfica en Colombia. Su filmografía se compone de seis largometrajes y tres cortos. Entre sus trabajos más reconocidos y aplaudidos están La sombra del caminante, Los viajes del viento y El abrazo de la serpiente, que llegó a ser nominada a los premios Óscar en la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera. Muchas de sus películas fueron producidas y hechas en colaboración con su exesposa, Cristina Gallego. Ha representado a Colombia en distintos festivales internacionales cinematográficos. Su última gran producción que conoció el público fue Pájaros de verano, una película de acción en la que sigue los inicios del narcotráfico. El año pasado estrenó la película Waiting for the Barbarians, protagonizada por Johnny Depp, que también enfrenta cargos, en su caso por maltrato doméstico.
¿Cuáles son las denuncias en su contra?
Las denuncias constan de varios testimonios, cada uno con sus respectivos testigos, que dan cuenta de siete ocasiones en las que el director de cine acosó sexualmente a siete mujeres distintas y una ocasión en la que abusó de una de ellas. El reportaje transcribe los testimonios de las víctimas y de sus testigos, hace apartados en los que comenta y pone en contexto los patrones que pueden verse repetidos en la historia de cada una, hace una línea de tiempo, hace una reflexión sobre el acoso en la industria audiovisual y por último, inserta una entrevista muy corta a Guerra, en la que se le da la oportunidad de responder a unas preguntas claras, en cuyas respuesta niega las acusaciones.
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No hay proporcionalidad entre presuntos actos de abuso de Ciro Guerra y las consecuencias de las denuncias: la destrucción de su vida. Sin esa proporcionalidad solo hay sacrificio. No la mesura de la justicia sino la hybris de la venganza. Lamentaremos este retorno a la barbarie.
— Pedro Adrián Zuluaga (@pedroazuluaga) June 25, 2020
¿Cuál es el debate?
Esto ha abierto el debate en redes sociales sobre el escrache y las formas de denuncia. Algunos hombres, también de la industria, han salido a defender a su colega y ha pedir algo de presunción de inocencia. Guerra ha salido a decir que niega las acusaciones y que tomará medidas legales al respecto. Lo primero es saber que las denunciantes no harán una denuncia penal y que sus nombres están protegidos en el reportaje por miedo a la revictimización y a la prepresalias que, anticipadamente, suponían que podía tomar el aclamado director. Así que no habrá presunción de inocencia ante la justicia, puesto que estas denuncias no son penales, sino, como lo dice el reportaje, una manera que tienen las denunciantes de hacerse cargo de su historia y de hacerla pública para la prevención de esta problemática.
Por otro lado, se dará cuenta quien lea el reportaje de que las denunciantes no invitan a la cancelación de este personaje de la industria, sino que pretenden prevenir a otras de que les pase lo mismo y poner la mirada de los medios masivos en la problemática del acoso en la industria audiovisual. Ahora, cada quien puede hacer lo que prefiera con su consumo para considerarlo ético. Algunos preferirán no volver a ver sus películas o no volver a financiar sus proyectos. De ninguna manera es un mandanto social ahora cancelar a las celebridades que son acusadas de acoso pero es apenas natural que no queramos entonces consumir lo que producen. Esto, por último, no vuelve al acusado en víctima, pues no se le está arruinando la vida ni se está emprendiendo una venganza en su contra. Se está informando a las demás de unas conductas que pueden resultar peligrosas para otras mujeres. Si, ya informadas, las mujeres preferimos no trabajar con él o no consumir lo que produce, pues será, claro, una consecuencia para su carrera. Ya decidirá el lector.