Tijuca: el corazón ambiental de Río de Janeiro
Visite este Parque Nacional para llenar su visita a la ciudad brasilera de naturaleza y aventura
El corazón de Río de Janeiro es una selva tropical dentro de la ciudad que poca gente conoce. Se encuentra en la zona norte de la ciudad y se llama Parque Nacional da Tijuca. Una de las mejores actividades al visitar la ciudad brasilera es hacer paseos por los diversos caminos que ofrece la reserva.
Al entrar le ofrecen al visitante un mapa para reconocer los diferentes puntos importantes y alturas. Tiene muchos ríos, cascadas, miradores, casas museo, zonas para comer y acampar, un sin fin de caminos donde se siente la energía silvestre de la ciudad. Es un lugar increíble y seguro donde se puede aprender a tomar fotografía natural o de paisaje o simplemente caminar por sus famosas “trilhas” o senderos, en sus altos arboles hay muchos animales desde aves, macacos, insectos , muchos tipos de plantas, y visitarlo es una excelente oportunidad de conocer el ecosistema carioca. También se puede hacer deporte, como correr, practicar ciclismo, escalar y meditar. Es un gran lugar para huir del miedo de las calles urbanizadas y sentirse seguro en la naturaleza. Con este tipo de experiencia se satisface el gusto por aquellos que disfrutan mas los bosques y las selvas.
Una experiencia para conocer la historia de la ciudad
Parque Nacional de Tijuca tiene mucha historia: sus bosques son el resultado del primer gran proyecto de reforestación en el mundo, iniciado en 1861. Tras la destrucción casi total del bosque para producción de carbón y plantación de café, las fuentes de agua que abastecían a la ciudad empezaron a secarse. Comenzó entonces un gran proceso de expropiación de las granjas de café y replantación de más de 100 mil árboles.
En 1961 se nombró parque nacional, recibió el nombre de "Parque Nacional de Río de Janeiro". Seis años más tarde, el 8 de febrero de 1967, su nombre fue cambiado a el “Parque Nacional de Tijuca”, y el 4 de julio de 2004, un decreto federal ha ampliado las fronteras del parque de 39.51 km² mas, incorporando a lugares como el “Parque Lage, Serra dos Pretos forros, Corcovado, Gávea pequeña”
Visitar los exuberantes bosques del Parque Nacional de Tijuca 150 años después nos permite ver cómo la naturaleza tiene una increíble capacidad de recuperación cuando el hombre percibe los impactos que causa y toma medidas concretas. Se aprende mucho de la historia portuguesa en sus orígenes, a través de museos y lujosos predios arquitectónicos, habitados y abandonados por la los hacendados antiguos.
La historia convive con ríos, cascadas y cuevas , y grandiosos miradores que ofrecen diversas vistas a la ciudad.
El Parque Nacional de Tijuca se divide en 2 sectores importantes: el “sector floresta” de tijuca y el “sector Serra da Carioca”. Son 17 circuitos o experiencias que recorren diferentes puntos de la floresta:
- En la montaña de Corcovado, una montaña de piedra con 704 metros de altitud, se encuentra el monumento a Cristo Redentor. Se puede subir por una serie de senderos autorizados y protegidos que llevan justo a la entrada del Cristo, famoso por ser el representante mundial de la ciudad y de Brasil.
- El sendero comienza en la puerta de la "Praça Afonso Aveiro" y las posibilidades son recorrer los picos o morros como la "piedra del Conde, Morro de Anhanguera, el Mirante do Excelsior, el Pico da Tijuca, Bico do Papagaio, Morro da Taquara, Museo de la represa y el Mirante de Michael."
- Los pies del Cristo Redentor, La "Estrada das Paineiras" es uno de sus caminos de acceso. A lo largo del camino, el visitante puede encontrar algunas fuentes de agua mineral natural e incluso con duchas de mano, además de diversos observatorios con vistas excepcionales de la zona sur de Río de Janeiro, incluyendo la "Laguna Rodrigo de Freitas”, las playas de Copacabana, Ipanema y Leblon y el Monumento Natural de las "Islas Cagarras". Los fines de semana, el tramo de 5 Km es exclusivo de los peatones.
- El Mirante "Dona Marta" se encuentra en la "Estrada das Paineiras", a 364 metros de altitud. Por su privilegiada posición geográfica, ofrece al visitante una vista detallada de la ciudad de Río de Janeiro.
- Mirante "Vista chinesa ", fue construida entre 1902 y 1906 en homenaje a los chinos que trajo el cultivo de té para Brasil en el comienzo del siglo XIX, se puede ver un paisaje espectacular, ya que prácticamente toda la zona sur de la ciudad y de la Laguna Rodrigo de Freitas.
- Exuberantes caída de agua con 30 metros de altura, la "Cascatinha Taunay" Considerado uno de los lugares que mejor retrata la Floresta de la Tijuca, esta cascada recibió este nombre en honor del pIGNORE INTOr francés Nicolas Antoine Taunay.
- A lo largo del sendero Circular interior es un circuito de cuevas, entre ellas las cuevas de "Belmiro y Luis Fernandes", quien honor a dos hombres que trabajaban en la reforestación de la región en diferentes momentos y la cueva de los murciélagos, formado por una gran fractura con una profundidad de más de 100 m.
- El "Bico do Papagaio" tiene su pico a 989 metros de altitud y es uno de los picos más frecuentadas del parque. Su nombre proviene de su parecido a un pico de loro y desde su pico es posible vislumbrar una de las más fantásticas vistas de la ciudad, destacando las Playas de Barra y Recreio, con todas las de la Baixada de Jacarepaguá en el fondo.
- La "Pedra da Gávea", un enorme bloque monolítico de 842 m de altitud, siempre ha sido una referencia para los navegadores debido a su ubicación y formato. En 1830 las primeras expediciones comenzaron a llevarse a cabo en su parte superior, la cual, desde entonces, recibe un gran número de visitantes en sus pistas y laderas rocosas, convirtiéndose en un icono de Río de Janeiro para la práctica del alpinismo.
- La Pedra Bonita, tiene 696 m de altitud. En la época del Imperio, pasó por algunas acciones depredadoras como la extracción de carbón. Además de la excelente mirador, el sitio también alberga una plataforma y una rampa para saltar mucho más utilizados por los practicantes del vuelo libre.
- El Pico da Tijuca es el punto más alto del Parque Nacional de Tijuca, con 1.022 metros de altitud. Accesible por pista o escalada, su meseta permite la observación de la ciudad en el 360 grados, lo que lo convierte en una referencia carioca en la práctica del alpinismo.
Hay mucha belleza a lo largo de los caminos y senderos, que ofrece un entendimiento a la conservación y preservación de los ecosistemas vivos de la hermosa ciudad de Río de Janeiro. Cada una de estas opciones y caminos son previamente planeados y agendados según lo que le interese ver, los días que tenga para recorrer y los gustos por las actividades que se pueden experimentar en la floresta.
Latin American Post | Aldo Mauricio Leal Larroa
Copy edited by Laura Rocha Rueda