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Lo que significa la breve visita de Trump a Corea del Norte

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El actual presidente de los Estados Unidos se convirtió en el primero de la historia en pisar suelo norcoreano ¿Avanzarán las negociaciones?

Kim Jong Un y Donald Trump en reunión en Corea del Sur

El día de hoy, a las 3:46 p.m. hora local, Donald Trump se convirtió en el primer presidente activo de los Estados Unidos en visitar Corea del Norte, cuándo fue invitado por su homólogo norcoreano Kim Jong Un a cruzar la frontera desde Corea del Sur. En total, Trump caminó 20 pasos en lo que efectivamente está clasificado como territorio hostil, atendió a fotógrafos de prensa en compañía de Kim, y luego regresó al lado surcoreano para reunirse con el presidente de este país, Moon Jae-in.

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“Es bueno verlo de nuevo (…) Jamás esperé encontrarnos en este lugar”, comentó Kim a Trump a través de un intérprete. A lo que Trump respondió: “Es un gran momento, es un gran momento”. Tanto Jimmy Carter como Bill Clinton han visitado Pyongyang, la capital de Corea del Norte, pero sólo tras haber dejado el cargo presidencial.

El episodio fue de importancia simbólica para la historia, pues se podría categorizar como el momento de mayor cordialidad entre dos países que comparten una duradera enemistad. Más allá de su importancia, su impacto mediático servirá para revitalizar las negociaciones alrededor de la desnuclearización que sostienen ambos países desde el 2018, y que hasta recientemente se percibían como estancadas.

Un empujón en dirección de la negociación

El encuentro, que fue propuesto por Trump vía Twitter, sería únicamente para que los presidentes compartieran un apretón de manos, pero los dos estuvieron juntos alrededor de una hora, e igual bastó para garantizar la continuidad de las negociaciones, así como para reafirmar la disposición de ambos países a la diplomacia.

Hubo quizás dos consecuencias inmediatas del encuentro entre Trump y Kim en la zona desmilitarizada. En primer lugar, Trump manifestó su deseo de invitar al presidente Kim a la Casa Blanca, un evento que también sería de importancia histórica para ambos países. En segundo lugar, Trump y Kim acordaron en esta ocasión revivir las negociaciones por medio de equipos negociadores, que resumirían sus labores dentro de las próximas semanas.

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Este encuentro, además, define el estilo de política exterior de Donald Trump, que por medio de el alto perfil de la ocasión, el lugar en el que se llevó a cabo y la extensa cobertura televisiva, logró poner de nuevo en marcha las negociaciones. Ahora, Trump se enfrenta con una Corea del Norte cooperativa, y tendrá que mantener las negociaciones vivas para que este momento icónico sea más que sólo un acto protocolario para las cámaras.

Reacciones variadas de los demócratas

La aparente espontaneidad con la que se organizó y transcurrió el encuentro entre Trump y Kim dejó a muchos sorprendidos. Desde el mismo equipo logístico del presidente Trump, que debió adelantar una difícil tarea de coordinación y seguridad en horas para hacer posible el saludo, hasta sus rivales políticos de vuelta en Washington.

El senador demócrata de Vermont y candidato presidencial, Bernie Sanders, manifestó que él ‘no ve problema’ con la reunión, pero si recalcó que desea que el momento trascienda la fotografía y el carrusel mediático. “No quiero que sea sólo una oportunidad para una foto, todos los medios del mundo convergieron ahí”.

Otro rival de Trump para las elecciones del 2020, Joe Biden, también dio declaraciones a raíz del evento, pero se mostró mucho más descontento que Sanders con el acontecimiento. En un comunicado de prensa, Biden denunció que “el acicalamiento de Trump hacia dictadores a cuestas de los intereses y la seguridad nacional de los Estados Unidos es una de las formas más peligrosas en la que nos disminuye en el escenario internacional y subvierte nuestros valores como nación”.

La senadora demócrata Elizabeth Warren, quien también se encuentra en la contienda presidencial, descalificó el encuentro en Twitter diciendo: “Nuestro presidente no debería desperdiciar la influencia de los Estados Unidos en demostraciones para las cámaras y el intercambio de cartas de amor con un dictador despiadado. En vez, deberíamos lidiar con Corea del Norte mediante una diplomacia con principios que promueva la seguridad estadounidense, defienda a nuestros aliados y proteja los derechos humanos”.

 

LatinAmerican Post | Pedro Bernal
Copy edited by Marcela Peñaloza

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