Qué es el cepo al dólar y qué consecuencias trae

El ahorro en dólares puede ser una excelente manera de resguardarse ante la inflación, pero también es limitada por algunos gobiernos, como el argentino y el venezolano. Según lo que menciona el medio Clarín, el Gobierno argentino anticipó, a través de la vicejefa de Gabinete de ministros de la Nación, Cecilia Todesca, que los argentinos deberían “amigarse con el cepo”.

Desde su punto de vista, la Argentina necesitaría “regulaciones” por un tiempo. Es decir, no se podría liberar el mercado al corto plazo. Incluso, la web especializada en mercados de BeinCrypto destacó que el cupo argentino de 200 dólares podría desaparecer, generando algunas consecuencias negativas para los ahorristas.

Sabiendo que es un tema imprescindible para la agenda de la región, decidimos averiguar qué es específicamente el cepo, por qué los gobiernos deciden colocarlo en determinadas circunstancias y cuáles son las consecuencias de extenderlo o limitarlo durante algunos períodos de tiempo.

El cepo al dólar

En primer lugar, deberíamos comprender conceptualmente qué significa el cepo y qué es lo que implica. La web especializada de El Economista de América destaca que el Banco Central de Argentina dispuso restricciones a las compras de divisas, con el argumento de poder “proteger las reservas nacionales” ante el aumento de la demanda de dólares.

Es decir, en la Argentina se permite la compra de 200 dólares al mes a través de cuentas bancarias, siendo 100 dólares mensuales en efectivo. Desde el punto de vista de La Nación, un cepo cambiario sería “la restricción a la compra de moneda extranjera”, algo que solamente se aplica en dos países de nuestra región: Argentina y Venezuela.

Una de las principales críticas de este tipo de medidas es la balanza negativa constante. Es decir, salvo que la economía del país genere una mayor cantidad de dólares, si la demanda por la moneda extranjera permanece constante, el resultado seguirá siendo deficitario. Por lo tanto, el tipo de cambio real se atrasa, ya que el valor se mantiene igual al no poder aumentar de forma genuina, quedando atrasado con respecto a la inflación.

En esta misma línea, el expresidente del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri, Federico Sturzenegger, recomendó al gobierno de Alberto Fernández el “salir del capo cambiario”, según lo que destaca el medio Ámbito. Es decir, desde su punto de vista se argumenta que la opinión de que no se puede sacar el cepo por no tener reservas es un sinsentido, dado que sería al revés: no hay reservas porque hay cepo.

Una medida más flexible se instaló en Venezuela en el 2018. Según revela El Litoral, el vicepresidente de Economía del país, Tareck El Aissami, había mencionado que el Gobierno volverá a ofertar divisas en el sistema cambiario… aunque no lo hará con los dólares americanos, por lo que se trató de una medida “a medias”.

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Volviendo a la Argentina, vemos que, según el medio empresarial de iProfesional, el cepo al dólar “llegó en 2011 y ningún gobierno pudo sacarlo sin sufrir inflación”. Es decir, aplicar una restricción cambiaria implica contener la fuga de dólares, aunque generalmente terminan ocurriendo problemas económicos que producen cambios en la cultura del ahorro de la población.

Es lo que la web de Diario de Cuyo destaca como la “cultura del ahorrista ante el cepo cambiario”, donde las personas, ante la inflación desmedida del peso argentino, buscan resguardarse en el dólar para sus ahorros. El problema es que, al no poder comprar una cantidad elevada de dólares oficial, surge un dólar “blue” ilegal, de un valor de compra mucho más elevado, lo cual termina perjudicando a los que buscan mantenerse a salvo de la inestabilidad económica en el ahorro.

Ante este panorama, la web de Página 12 destacó que, en una entrevista televisiva otorgada a TN Noticias, el presidente Alberto Fernández aseguró que no piensa devaluar el peso argentino ni restringir más la compra de dólares, además de que siempre pensó que “los cepos son malos”. Por lo tanto, quedará por ver cómo continúa esta medida que limita la capacidad de ahorro de los argentinos.