Con 105 votos a favor y solo 19 en contra, el 9 de noviembre Martín Vizcarra Cornejo fue destituido de la presidencia de la República del Perú.
Te explicamos cómo surgió el proceso que terminó con la destitución de Martín Vizcarra como presidente de Perú. / Foto: Reuters
LatinAmerican Post | Jorge Francisco Vuelvas Lomeli
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Esto, bajo la figura de “vacancia por incapacidad moral”, motivada por los presuntos actos de corrupción cometidos por Vizcarra cuando era gobernador, cuando, según el Congreso de la República, recibió 1,300,000 soles (359,000 USD) en sobornos por parte de un grupo de empresas constructoras llamado “el cartel de la construcción”.
Pero ¿cómo ocurrieron los sucesos de la destitución? ¿Desde cuándo se ha fraguado esta crisis política por la que sufre Perú? A continuación te presentamos una línea de tiempo donde se explica dicho proceso de destitución.
¿Qué ocurrió antes de la crisis?
El 23 de marzo de 2018 Martín Vizcarra tomó protesta como el sexagésimo séptimo Presidente Constitucional de la República del Perú, dicho cargo lo asumió en un ambiente de inestabilidad política, debido a la dimisión del Pedro Pablo Kuczynski. A partir de ese momento, el antiguo vicepresidente se sometería a las mismas presiones que su predecesor, entrando en una arena de conflicto con el Congreso de la República.
El 30 de septiembre de 2019, luego de varios bloqueos políticos y nombramientos en el gabinete, Vizcarra disolvió el Congreso de la República del Perú, argumentando incapacidad moral por parte de los legisladores, los cuales eran mayoritariamente del grupo de oposición denominado fujimorista.
El 26 de enero de 2020, se celebraron las elecciones extraordinarias convocadas por Martín Vizcarra, el cual tenía la esperanza de tener un Congreso más apegado a su agenda política y carente de oposición fujimorista. Sin embargo, el nuevo Congreso de la República quedó fragmentado entre nueve partidos, donde la mayoría de ellos tenían posturas políticas contrarias a las del entonces presidente Vizcarra.
El 18 de septiembre de 2020, el Congreso de Perú sometió a votación una moción de vacancia, por presuntas irregularidades cometidas por Vizcarra en la contratación de un músico coaching motivacional ministerial (caso Richard Swing). Dicha moción fue rechazada por la mayoría de los legisladores, después de un discurso de Vizcarra ante el Congreso de la República.
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La nueva y efectiva destitución de Vizcarra
La hecatombe política que se está viviendo en Perú es un acumulado de sucesos del caso Richard Swuing y los supuestos sobornos recibidos por Vizcarra por parte de del Cartel de la Construcción. Aunado a ello, Perú se encuentra en una situación económicamente desfavorable, pues las políticas de aislamiento por coronavirus del Vizcarra representaron enormes pérdidas económicas a las familias peruanas, por lo que se comenzó a cuestionar en el Congreso su posible destitución, como segundo intento.
Todo lo anterior se da en un contexto en el que Vizcarra había ganado enorme popularidad debido a una agenda que en apariencia luchaba frontalmente en contra de la corrupción que impera en el país, donde se señalaba a diversos congresistas de estar involucrados. Esto no solamente reavivó las tensiones ya existentes con los congresistas, sino que Vizcarra fue sometido a un segundo intento de destitución por incapacidad moral.
El lunes 2 de noviembre de este año, el Congreso de la República del Perú inició un nuevo proceso de destitución; este procedimiento se avaló con el voto a favor de 60 diputados, 40 en contra y 18 abstenciones. Con ello, se citó formalmente al expresidente, para que presentara sus pruebas y medios de defensa.
El 4 de noviembre de 2020 se presentó en el mismo Congreso, una solicitud que adelantaba la comparecencia del Presidente Vizcarra al viernes 6 de noviembre del año en curso. Sin embargo, dicha solicitud fue desestimada por la Mesa Directiva del Congreso de la República del Perú.
Así, el 9 de noviembre del presente año el ahora expresidente del Perú, Martín Vizcarra, se presentó ante la asamblea para ejercer su derecho de defensa y mostrar los argumentos que intentaron convencer a los legisladores que el proceso de destitución era infundado. Sin embargo, ese mismo día los legisladores debatieron casi 6 horas el proceso de destitución, que fue aprobado por 105 votos de los legisladores presentes.
Al día siguiente del suceso Vizcarra se dirigió a la nación con un discurso en el que aceptó su destitución, destacando que “la historia y el pueblo peruano juzgará al Congreso”. Ese mismo 10 de noviembre, el Presidente del Congreso de la República del Perú, Manuel Merino, juramentó como tercer presidente del Perú en los últimos 4 años, pues a Constitución del País contempla este puesto como el siguiente en la línea de sucesión, al no haber ya un vicepresidente dentro del gabinete.
Después de la crisis vino la tragedia
Sin embargo, a pesar de que el Congreso esperaba que este fuera el capítulo final del quinquenio que retomó la crisis política del Perú, lo que ocurrió fue un rebrote de protestas en contra del Congreso, argumentando que las acciones en contra de Vizcarra eran una jugada política que solo buscaba apoderarse del gobierno.
Por ello, este fin de semana estuvo plagado de protestas en las calles de Lima, donde los manifestantes aclamaban la creación de una nueva constitución, que impidiera que el Congreso pudiera destituir de forma infundada al presidente en turno.
Ante la ola de protestas que dejó 2 muertos y varios desaparecidos, Manuel Merino pasó a la historia como el Presidente que duró menos tiempo en el cargo, pues el 15 de noviembre del 2020 presentó su renuncia, después de presiones por parte del mismo Congreso que había permitido su incorporación.
Ante este escenario, el 15 de noviembre se mantuvo un vacío de poder, pues no había quién dirigiera el gobierno de la República del Perú. Sin embargo, el 16 de noviembre de este año, luego de un intenso debate en el Congreso, Francisco Sagasti fue elegido como nuevo Presidente de Perú, a fin de que complete los meses que le restaban a Vizcarra, y dirija el país a unas elecciones que están programadas a principios del 2021.
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Futuro político incierto
En este contexto, la política peruana se posiciona como un torbellino de inestabilidad, donde crece la incógnita por las próximas elecciones presidenciales, pues el país en mención se ha caracterizado por la recurrente destitución y juicio a sus expresidentes. Sin embargo, la destitución de Vizcarra causa particular indignación entre la población peruana, primeramente porque él emprendió una campaña de combate a la corrupción que tanto se exigía en el país, y segundo, porque los actos de soborno y conflicto de interés son imputados solamente por el Congreso.
Así, corresponderá al Poder Judicial de Perú dictaminar el futuro del ahora expresidente Vizcarra, quien se encuentra bajo escrutinio público y como protagonista de uno de los mayores escándalos de la política peruana en los últimos años.
Todo lo anterior, tiene su origen en una Constitución peruana que no define si su sistema político es presidencialista o parlamentario; por lo cual vale la pena reflexionar sobre la importancia de redactar un nuevo texto constitucional, donde el parlamento no tenga exceso de poder, y no pueda ser destituido por el Presidente de la República. Aunado a ello, se debe reflexionar sobre la importancia de un sistema bicameral, pues tener una sola cámara legislativa, permite que la paralización de gobierno sea de mayor probabilidad.