Así se llevó a cabo el Día Mundial del Agua

El Día Mundial del Agua es celebrado desde 1994, año en el que se puso en ejercicio lo propuesto en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1993. Desde entonces, esta celebración ha buscado demostrar la relevancia que tiene este recurso para la vida del planeta Tierra y, en consecuencia, para la vida humana. Asimismo, en 2018 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el decenio 2018-2028 como el Decenio Internacional para la Acción «Agua para el Desarrollo Sostenible», con el fin de acelerara las medidas y acciones de protección de este recurso. 

En los últimos años, la celebración se ha centrado en la búsqueda de medidas para abordar la actual crisis mundial del agua con el fin de cumplir el sexto punto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: Agua y saneamiento para todos antes de 2030. Este año, el tema fue "Valoremos el agua" y giró en torno al valor que le dan las personas al agua y el valor que realmente tiene, con la premisa de que "la forma en que valoramos el agua determina cómo se gestiona y se comparte". Asimismo, este año se mantuvo la conversación en torno a la crisis sanitaria por el COVID-19 y el papel del agua en esta, recalcando que este es un recurso vital y que, lastimosamente, según datos de la ONU, casi tres mil millones de personas alrededor del mundo no tienen acceso a ella para protegerse del Coronavirus. 

Indígenas en el Amazonas dicen no tener motivo para celebrar

En una entrevista realizada por la agencia española EFE, Gregorio Díaz Mirabal, encargado de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), declaró que este año los pueblos indígenas amazónicos no tienen razón para celebrar el Día Mundial del Agua, pues se están quedando sin este recurso vital en uno de los territorios que más debería ser protegido. Díaz también se pronunció sobre el poco sentido que tiene la celebración no solo de este día, sino de otros tantos al año, sin que realmente hay un cambio a grandes rasgos y a largo plazo. “Que haya tantos Días Mundiales a lo largo del año para recordarnos que hay que hacer algo por el planeta no es una buena noticia”, declaró a EFE. También dijo que “el mundo [debe dejar] de demandar productos de la Amazonía como la carne, la soja, el oro o el petróleo” para tomar una acción climática. 

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Desde el Vaticano el Papa recordó el valor de este recurso

En un mensaje enviado por el Papa Francisco y firmado por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, la institución católica reiteró el valor del agua y la necesidad que hay de cambiar los estilos de vida y el lenguaje que hay alrededor de las tutelas para que así los gobiernos tomen medidas que tengan sentido a corto y largo plazo con la protección de este recurso. “Para garantizar el justo acceso al agua, es de vital urgencia actuar sin dilación, para acabar de una vez por todas con su desperdicio, mercantilización y contaminación. Es más necesaria que nunca la colaboración entre los Estados, el sector público y privado, así como la multiplicación de iniciativas por parte de los Organismos intergubernamentales”, declaró el Papa en su mensaje, haciendo ahínco en que el agua debe ser de fácil acceso a todas las personas sin importar su clase social, raza o nacionalidad. 

Entonces, ¿tiene sentido celebrar el Día Mundial del Agua?

Si algo queda claro después de la celebración el pasado lunes es que, las razones para "celebrar" son pocas. En cambio, las razones para exigir y demandar son muchas más. Es claro que el término "celebración" se usa para generar una conciencia alrededor de la importancia que esta tiene, lastimosamente, aún falta mucho camino por recorrer para que se pueda celebrar que realmente hay acciones que tienen en cuenta este recurso. 

La declaración de Díaz Mirabal debe reproducirse, con el fin de que las comunidades exijan a los gobiernos y grandes industrias tener en cuenta no solo la Amazonía, sino todos los territorios alrededor del mundo que necesitan ser protegidos por sus fuentes de agua y otros recursos, antes que ser celebrados y al mismo tiempo continuar siendo violentados para satisfacer el consumo humano.