Medio ambiente

¿Qué consecuencias económicas habría si el Amazonas se vuelve una sabana?

Gracias a los altos niveles de deforestación es posible que el Amazonas se vuelva una sabana, ¿cuáles serían los impactos ambientales, económicos y sociales para la región?

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Vista de una cuerpo de agua en el Amazonas

Foto: Pixabay

LatinAmerican Post | Vanesa López Romero

En los últimos dos años, el Amazonas se ha visto fuertemente afectado por la deforestación, marcando cifras históricas de pérdida de héctareas que antes eran selva tropical. Para el Panel Científico por la Amazonía esta región se encuentra en crisis y está pronta a llegar a un punto de no retorno. Sus datos arrojan que en los últimos 36 años se ha perdido el 17% de la vegetación nativa debido a la deforestación, y que el 2020 y el 2021 fueron los años en los que las cifras de pérdida fueron más altas. Ahora llaman la atención sobre la necesidad de tomar medidas antes de que se llegue al 20% y 25%, pues acá se entraría en el punto de no retorno, provocando que el Amazonas se vuelva una sabana poco a poco. El Panel asegura que esto podría suceder en esta década.

Evidentemente, esto sería catastrófico, pues significaría la pérdida de la selva tropical más grande del mundo, lo cual tendría repercusiones a nivel global. Pero los países de Latinoamérica que albergan parte del Amazonas serían los principales afectados, no solo a nivel ambiental, sino también económico y social.

¿Cuáles serían las consecuecias?

Empecemos por lo obvio. El Amazonas representa una parte importante de la biodiversidad del mundo y, hasta hace muy poco, también era considerada una región con mucho peso para la regulación del carbono. Sin embargo, debido a la desforestación desaforada que se ha presentado en los últimos años, en estos momentos el Amazonas emite más CO2 del que puede absorber y está cerca a llegar a un punto de no retorno. 

En ese orden de ideas, las consecuencias ambientales serían que habría un colapso ecológico que implicaría que la crisis climática global se agudice, pues la región estaría produciendo más calor en vez de hacer lo que originalmente hacía: mantener la temperatura global a niveles estables. 

Entre más cerca estemos de que el Amazonas se convierta en una sabana por la tala indiscriminada y la falta de regulaciones para proteger de verdad este territorio, los países que lo albergan serán las vulnerables a emergencias medio ambientales y desastres naturales. El Panel asegura que en poco años podríamos ver un desequilibrio en los balances de agua, energía y carbono de la cuenca amazónica. 

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Una de las consecuencias más preocupantes es que el trasporte de humedad hacia los Andes se vería afectado, lo que significa que el suministro de agua de varias ciudades Latinoamericanas estaría en riesgo. 

Esto nos lleva a vislumbrar las consecuencias sociales y económicas. En primer lugar, la deforestación no afecta solo la vegetación y vida silvestre del Amazonas, sino también a sus comunidades habitantes. La industrias que tienen actividad en la región (entre ellas la ganadera, la más fuerte y devastadora) han desplazado por décadas a comunidades indígenas que asentaron su cultura en este territorio. Como consecuencia, estas han tenido que migrar y vivir bajo circunstancias precarias. Además, aquellos defensores del medio ambiente y del Amazonas viven bajo constante amaneza por querer proteger un lugar del cual depende toda Latinoamérica. 

En cuanto a lo económico, solo hay que tener en cuenta que los desastres naturales y la falta de suminustros que veremos por las consecuencias ambientales, tendrán una repercusión casi que inmediata a nivel económico. Sobre todo a nivel económico, ya que las materias primas que varios de los países de la región utilizan como fuente de actividad económica se verían afectadas. El 55% del PIB de Latinoamérica depende de servicios relacionados a la naturaleza. Las catástrofes ambientales y el desequilibro podrían costarle millones a la región, pues más de la mitad de su economía estaría en juego. Además, la infraestructura se vería directamente afectada por la amenaza de incendios forestales, sequías, inundaciones repentinas, entre otras. Nature Susteinability estima que, tan solo en Brasil, podrían haber pérdidas anuales de 422 millones de dólares para la industria agrícola por las sequías derivadas del daño al Amazonas.

Y hoy en día estamos viendo las consecuencias. Por ejemplo, la industria del café, una de las más fuertes y que más ingresos genera al año, ya está sintiendo muy de cerca el cambio climático, ya que debido a este, el 60% de la variedad de café de la región se ha visto afectada, llegando al punto de encontrarse en peligro de extinción. 

Incluso la industria farmacéutica y el sector médico serían unos de los primeros en verse afectados. Solo basta ver que el 25% de los medicamentos utilizados son derivados de plantas que crecen en la selva tropical. Plantas, que ahora corren el riesgo de perderse por la pérdida de biodiversidad amazónica.

Estamos en un momento crítico en el que los gobiernos de los países de la región deben poner los ojos en proteger el Amazonas para proteger la economía de Latinoamérica a corto mediano y largo, sin olvidar que el motor principal debe ser la justicia social y ambiental. 

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