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Marinaleda, el “paraíso socialista” de España

En la provincia de Sevilla se encuentra el pueblo de Marinaleda, cuyo modelo social y económico se basa en una cooperativa. ¿Cómo funciona este pequeño "paraíso socialista"?.

Sala de deportes de Marinaleda con el Che pintado.

Foto: Wikimedia-NACLE2

LatinAmerican Post | Yolanda González Madrid

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A poco más de una hora de distancia de Sevilla, exactamente en la comarca de la Sierra Sur, se encuentra el pueblo de Marinaleda. Con una población que ronda los 2.500 habitantes, este lugar se ha caracterizado por emplear un modelo social y económico que se presenta como alternativa al capitalismo, donde la comunidad goza de tener viviendas, una fuente de empleo y que apenas han notado la crisis. Sin embargo, no todo es maravilloso en este denominado "paraíso socialista".

Para conocer parte de su historia, es importante mencionar que luego del régimen dictatorial de Francisco Franco, terminado en 1975, comenzó una etapa de transición en toda España con la creación de una nueva constitución y, posteriormente, unas elecciones municipales para 1979. Con la intención de ofrecer aires de cambio en la Comunidad Autónoma de Andalucía, surgió un partido político llamado Colectivo de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas, cuyo candidato a la alcaldía de Marinaleda sería Juan Manuel Sánchez Gordillo.

Cuatro décadas en el poder

Cuesta creer que una sola persona se haya encargado durante más de cuatro décadas de una alcaldía, pero así lo ha hecho Sánchez Gordillo, ganando siempre con mayoría absoluta en todas las elecciones. Este político es un ferviente admirador del Che Guevara y de ahí sus ideales, ya que su sistema social se basa en lo justo e igualitario, algo muy parecido al comunismo. De hecho, entre sus programas de mayor impulso se encuentra la planificación urbanística, la cual impide la especulación y permite el acceso a viviendas desde 15 euros al mes. Aunque suene prometedor, no lo es del todo.

El mecanismo para obtener una casa cuenta con varios filtros y algunas "letras pequeñas". Mientras la Junta de Andalucía se encarga de proveer los materiales; la alcaldía de Marinaleda otorga el terreno, el arquitecto y los albañiles. Ahora bien, los futuros inquilinos son los que se encargan de la mano de obra, y si bien solo son 15 euros mensualmente, se trata en realidad de una especie de alquiler ya que nadie logra pagar el precio completo ni tampoco se quedan con las escrituras de la vivienda. 

Por otra parte, más allá de los pequeños negocios que existan en el pueblo, la principal fuente de ingreso se debe a la agricultura y está representada en una cooperativa: la Cooperativa Humar – Marinaleda S.C.A. Dicho en otras palabras, este es el núcleo del motor económico de Marinaleda con un terreno agrícola de 1.200 hectáreas, que genera más de 400 empleos y cuyas jornadas de trabajo de 35 horas semanales se dividen en turnos. Además, cabe acotar que todos en el pueblo, desde el alcalde hasta el agricultor, cobran lo mismo, unos 1.200 euros al mes aproximadamente.

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No obstante, detrás de este sistema laboral se pueden hallar algunas lagunas. Según un reportaje del portal Magazine Digital, donde exploran más a detalle el estilo de vida en Marinaleda, es posible pasar por temporadas donde no haya trabajo en la cooperativa, lo cual significa no generar dinero y mantenerse únicamente de los subsidios. Y es que no es sencillo depender de una sola fuente de ingreso cuando, además, las empresas privadas tienen prohibida la entrada al pueblo.

¿Más sombras que luces?

En un país como España que tiene precios exorbitantes en cuanto a viviendas, el modelo que emplea Marinaleda es digno de alabanza. Pero más allá de eso, sumado a que en el pueblo no hayan policías ni multas, o que todas las decisiones sean tomadas en asambleas abiertas con los habitantes, hacen que todas esas luces se vean opacadas por las consecuencias de un sistema de gobierno que intenta ser una alternativa al capitalismo.

A la ya mencionada prohibición de empresas grandes, Sánchez Gordillo aseguró a Magazine Digital que no son bienvenidos por "los bajos salarios que pagan y por su cultura de la especulación". Incluso, en 2017 inició una guerra con la única empresa privada en Marinaleda a la que denunció porque, supuestamente, sus inquilinos no pagaban los 56 euros al mes de arrendamiento. Esta se trataba de Agroalimentaria Los Lugares S. L., competencia directa de la cooperativa del pueblo.

Asimismo, este tipo de medidas han hecho que Marinaleda comience a estancarse en el sector agrícola, generando múltiples críticas porque se depende en demasía de las subvenciones estatales y autonómicas. Por ende, no ha sido de extrañar que en los últimos años muchos habitantes empezaran a mostrar su descontento con Sánchez Gordillo, sufriendo consecuencias como la estigmatización en el pueblo o el castigo de no permitirles trabajar en la cooperativa. Acá, el silencio es una forma de pago.

Su conexión con Venezuela 

"Si Hugo Chávez viviera, estaría aquí, en Marinaleda", comentó el entonces embajador de Venezuela en España, Mario Isea, durante una visita al pueblo en 2015. Justamente, para ese entonces inauguraban un barrio con el nombre del fallecido presidente, que consistía de una urbanización de 26 dúplex de 90 metros construidos en dos plantas con otros 100 metros de patio. Y es que el perfil de izquierda de Sánchez Gordillo supo encajar con los intereses del gobierno de Nicolás Maduro, como era de esperarse.

Pero la relación entre Sánchez Gordillo y Venezuela data de más atrás. Meses después de impartir charlas en Caracas sobre su sistema anticapitalista, el alcalde cerró un acuerdo en 2013 por 81 millones de euros para la venta de 12.000 toneladas de aceite de oliva. El detalle de esta negociación pasaba por el hecho de que el gobierno venezolano adquiría la tonelada a razón de 6.500 euros, cuando el precio medio no llegaba a los 3.000 euros, según desveló la revista Interviú en una investigación.

Poco tiempo después, el diario ABC reveló que en ese entonces la cooperativa de Marinaleda vivía dificultades en cuanto a impagos, siendo aquel acuerdo con el gobierno de Maduro una manera de salir a flote. Sin embargo, al no poder cumplir con la producción acordada, ingresaron únicamente 6,7 millones de euros. De esta manera se manejan los negocios en el "paraíso socialista" de España.

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