Medio ambiente

¿Quién es Jhénifer Mojica Flórez, la nueva ministra de agricultura de Colombia?

Con amplia experiencia en el sector público y en la protección de derechos humanos, la nueva ministra de agricultura deberá asumir el gran reto de sacar adelante una reforma agraria que beneficie sobre todo a las mujeres campesinas.

Jhenifer Mojica Flórez

Foto: Jhenifer Mojica Flórez

LatinAmerican Post | Julián Andrés Pastrana Cuéllar

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Read in english: Who is Jhénifer Mojica Flórez, Colombia’s new Minister of Agriculture?

Tras el revolcón ministerial ocurrido la semana pasada dentro del Gobierno Petro la hasta entonces ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Cecilia López Montaño, fue sustituida por Jhénifer Mojica Flórez. La nueva titular de esta cartera es abogada de la Universidad Nacional, especializada en derecho procesal, con una experiencia de más de diez años en el campo de la protección de los derechos humanos.

Oriunda de Bucaramanga, Santander, Mojica Flórez se vinculó al sector público en 2007 como contratista de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación. También se desempeñó como subgerente de Tierras Rurales del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, subdirectora de Litigio y Protección Jurídica de la Comisión Colombiana de Juristas, abogada de la Asociación de Autoridades Arhuacas de la Sierra Nevada y contratista de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición. En su carrera se destaca asimismo por participar en el diseño de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.

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Reforma agraria, tarea pendiente de la nueva ministra

Antes de este nombramiento, Jhénifer Mojica Flórez fungía como Directora de Asuntos Étnicos de la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas. Ahora, desde su nuevo cargo deberá impulsar y consolidar una de las principales apuestas del actual Gobierno: la reforma rural integral, así como la compra de tierras a Fedegán.

Una tarea que no será sencilla teniendo en cuenta las suspicacias que generó un artículo del Plan Nacional de Desarrollo que facultaría al Gobierno a efectuar expropiaciones exprés de tierras, una idea que no tuvo el beneplácito de la ministra saliente Cecilia López, razón por la cual presuntamente fue apartada del gabinete.

Otra arista de la reforma agraria que plantea el Gobierno Petro y que será del resorte de la nueva ministra tiene que ver con la articulación entre su cartera y la de Medio Ambiente. Con ello se busca que dicha reforma consolide la frontera agrícola, frene la deforestación y proteja selvas y bosques de la mano del movimiento social, de tal manera que se puedan definir límites territoriales, así como crear vigías para la prevención de incendios forestales y recuperación de ecosistemas degradados.

Su designación no estuvo exenta de polémica, ya que, según algunos medios sobre ella pesaba una sanción disciplinaria de la Procuraduría General que en 2013 la inhabilitó por diez años. No obstante, en 2017 el Procurador de ese entonces, Fernando Carrillo, reversó la medida.

Brecha de género en el sector rural

El nombramiento de una mujer en una cartera como la de Agricultura cobra relevancia si se lo analiza desde la perspectiva de un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que da cuenta de las enormes brechas de género en los sectores de agricultura y alimentación, las cuales le cuestan al mundo un billón de dólares.

Según este documento, las trabajadoras agrícolas perciben por su trabajo 82 céntimos por cada dólar que ganan los hombres. Además, suelen desempeñarse en labores más informales, precarias, a tiempo parcial y con mayor nivel de dificultad, lo que se suma al hecho de que estas mujeres deben también encargarse del trabajo doméstico y fungir como cuidadoras no remuneradas.

El panorama es más grave si se tiene en cuenta de que ellas tienen menor acceso a la posesión de la tierra, a la formación, al crédito y a las nuevas tecnologías. Este conjunto de factores hace que entre hombres y mujeres que trabajan extensiones de tierra de igual tamaño exista una brecha de género del 24%.

Colombia no es ajena a esa dramática realidad. Según estadísticas del DANE, a corte de 2020 cuatro de cada diez mujeres que habitaban la ruralidad en este país se encontraban en situación de pobreza multidimensional. Por otra parte, 44,6% de las mujeres rurales en Colombia estaban inmersas en situación de pobreza monetaria, cifra superior a la de los hombres rurales que se ubicaba en 41,4%. Otro dato significativo es que la población femenina rural fuera de la fuerza laboral alcanzó el 67,9% mientras que la misma cifra en hombres se situó en el 29,6%. En cuanto a tenencia de la tierra, a corte de 2019 solo el 24,7% de las Unidades de Producción Agropecuaria eran dirigidas por mujeres productoras.

Al respecto, Benjamin Davis, director del Departamento de Transformación Rural Inclusiva e Igualdad de Género de la FAO, afirma que superando la brecha y las disparidades salariales entre géneros se lograría aumentar en un 1 % el producto interior bruto mundial, lo que equivaldría a un millón de dólares.  Así, la inseguridad alimentaria mundial disminuiría dos puntos porcentuales, lo que se traduciría en que alrededor de 45 millones de personas dejarían de padecer hambre.

Se espera entonces que ahora, con una mujer a la cabeza del ministerio de Agricultura, se apunte a políticas en el sector atravesadas por una perspectiva de género que ayude a mejorar las condiciones de las mujeres rurales y campesinas en Colombia.

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