Estas son las 3 claves para que después de 16 horas de debate, el Senado argentino rechazara 38 a 31, la ley para la despenalización del aborto

Aún después del rechazo al proyecto de la despenalización del aborto, que hará que el tema no pueda ser tratado hasta el próximo año, los promotores de la ley ven la campaña que se generó alrededor de la problemática de salud pública como una victoria que probablemente termine ubicando el aborto en la agenda de la campaña electoral del 2019.

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Con esta ley, se pretendía la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación. La interrupción del embarazo debería ser atendida en todas las instituciones públicas y privadas de salud, dentro del Programa Médico Obligatorio (PMO), como una prestación básica de salud.

Los impulsores del proyecto tuvieron como argumento que en el país hay entre 47 mil y 52 mil hospitalizaciones al año como consecuencia de abortos clandestinos mal realizados, y decenas de mujeres (43 en 2016, según estadísticas oficiales) que morían por esa causa.

¿Por qué se rechazó la propuesta?

1. Religión

La mayoría de los argentinos se consideran católicos. Según varias encuestas, incluyendo la del Instituto nacional de estadísticas y censos de Argentina, 70% de la población es católica. Recientemente, ha aumentado la cantidad de adeptos a grupos evangélicos. La cifra llega a casi el 10%.

En consecuencia, la influencia de grupos religiosos y conservadores en la esfera política no es reducida. Esto se evidenció en los discursos de los senadores quienes, antes de definir su voto, se escudaron en sus creencias religiosas y la necesidad "de salvar dos vidas" para explicar su voto en contra. Incluso, el senador Pedro Guastavino denunció cómo su WhastApp se convirtió en un mecanismo de presión:

"Me lo pasé atajando y esquivando crucifijos de un sector de la Iglesia que quizás sea el mismo que cuando nos desaparecían daba vuelta la cara. También cuando torturaban a nuestras compañeras en los centros de detención clandestino miraban para otro lado".

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De acuerdo con diferentes medios argentinos, en estos meses, obispos y sacerdotes hablaron del tema durante las eucaristías, e incluso un arzobispo lo mencionó en la tradicional y mediática celebración del día de la independencia.

2. Representatividad y alianzas

Argentina tiene un sistema político bicameral y federal que se rige bajo la idea de que el Senado representa a las provincias y la Cámara de Diputados al pueblo.

Mientras en Cámara Baja está compuesta por diputados de acuerdo al censo nacional, la cámara alta tiene un número fijo de tres senadores por provincia, que tienen periodos de 6 años con reelección indefinida.

En este caso, fueron los senadores de la Cámara Alta, con mayoría conservadora, quienes rechazaron la ley.

Además, en la decisión también influyó el presidente, Mauricio Macri. Un conservador que ha manifestado estar "a favor" de la vida, al promover este debate en el Congreso, dar luz verde a los legisladores de la coalición oficialista para que votaran como quisieran y se mantuvo al margen del debate en sus declaraciones. 

3. Radicalismos en la ley

Por último, algunos señalan el contenido de la ley como el causante del rechazo. Puntos como:

• Penalizar la negación a la realización del aborto, incluso en hospitales católicos
• Hacer gratuito el procedimiento en un país que en este momento debe reducir su gasto público

Estos puntos pusieron a dudar a los congresistas y a la población argentina, ya que para estos no pareció haber un lobby o una negociación que asegurara la aprobación de la ley.

Sin embargo, hubo avances como el informe elaborado por la senadora Nancy González, en el que se evidencia que la legalización del aborto implicaría una reducción del 43% de los recursos que actualmente destina el sistema de salud pública a atender complicaciones resultantes de abortos clandestinos.

El informe titulado "El costo del aborto inseguro" asegura que "con la información oficial disponible es posible afirmar que la aprobación del proyecto de IVE implicaría una utilización más justa y eficiente del presupuesto de la salud pública". El informe también explica que el costo para el sistema se reduciría, como mínimo, un 43% si el aborto fuese legal, seguro y gratuito, y un 55% si además el Estado produjera misoprostrol.

A pesar de que la ley fue rechazada, la votación fue calificada como un "triunfo monumental" al haber logrado colocar el asunto de la despenalización del aborto en el centro del debate político argentino.

LatinAmerican Post | Camila González C
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