Brasil vuelve a migrar hacia al extranjero
Escucha este artículo
La migración en Brasil está cambiando desde 2016 debido a la inestabilidad política y económica, y con la llegada de Bolsonaro a la presidencia, ha aumentado
Según el Sistema de Extranjeros y Fronteras de Portugal, tras 6 años de continuas reducciones, el número de solicitudes de permiso de residencia ha vuelto ha crecer en el país, registrando un aumento de 13.673 en 2017 para 31.129 a finales del 2018, lo que supone un incremento significativo en el flujo migratorio de brasileños.
Read in english: Brazil returns to migrate abroad
El número deportaciones de ciudadanos de Brasil en Europa según la Agencia de Fronteras de la Unión Europea (FRONTEX) aumentó un 62% en el 2018, posicionando el país entre las 10 nacionalidades con el mayor número de deportados. La situación se repite en otros países de destino tales como Estados Unidos y Reino Unido.
Brasil es un país que, al igual que muchas otras naciones latinas tales como Argentina, México o Colombia, se caracteriza por fuertes periodos de emigración e inmigración. El país estuvo hasta mediados de los años 70 entre los principales destinos en el hemisferio sur para diversas comunidades tales como japonés, italianos y portugueses, habiendo tan sólo un cambio perceptible en el sentido del flujo migratorio a partir de los años 90.
Estados Unidos, Japón, Portugal, Italia y España son, desde que empezó la diáspora brasileña, los principales destinos para los migrantes. Aun así, con el crecimiento económico registrado en el país durante la primera década de este siglo, el número de brasileños que emigraban fue disminuyendo hasta llegar a un punto de regreso, sobre todo durante la crisis financiera internacional en el 2008 que afectó a los principales países de destino de la comunidad brasileña.
Quizá le interese leer: Como dos gotas de agua: Así fue la reunión entre Trump y Bolsonaro
Una encuesta realizada en el 2018 por el Instituto Datafolha de Brasil, apunta que más del 42% de la población adulta abandonarían el país si tuviesen condiciones. La instabilidad social, económica y política, son indicadas como los principales motivos que promueven la migración.
Por otro lado, el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en su viaje a los Estados Unidos, anunció que los ciudadanos americanos ya no van a necesitar solicitar un visado para entrar en Brasil contrariando años de la llamada política de reciprocidad (Ley 6.815 /80 del Estatuto de Migración de Brasil) en la que se estable el mismo trato dado a la comunidad brasileña por el país receptor, además de mostrar apoyo al proyecto del muro en la frontera mexicana presentado por Donald Trump y de hacer críticas a la comunidad brasileña que vive ilegalmente en EE.UU.
El perfil del migrante brasileño ha cambiado a lo largo de los años, siendo actualmente formado por personas de clase media, con cierta formación y conocimientos, que buscan mejores condiciones de vida y mayor estabilidad, huyendo sobretodo de la creciente polarización política del país, del aumento del desempleo, reducción general de la calidad de vidad, la instabilidad con naciones vecinas tales como Venezuela y las propuestas del gobierno en relación a la reforma laboral y del sistema de pensiones que pueden afectar el destino de millones de trabajadores.
Existe una huida de cerebros en el país. El número de declaraciones de abandono definitivo en la Receta Federal (Hacienda) pasó de 9.887 para 69.174 en tan sólo un año, según datos de la misma institución. Cabe resaltar que tan sólo los brasileños que ganan acima de 3 sueldos mínimos son obligados a declarar el impuesto de la renta, lo que indica una salida de personas de clase media del país.
El número de solicitudes para Portugal fue tan alto que las autoridades portuguesas llegaron a suspender el servicio de pedidos de ciudadania durante el 2018 debido al número de personas que estaban saliendo de Brasil con destino a la antigua metrópolis.
El informe Global Wealth Report Review 2018 posiciona a Brasil como el 10º país con el mayor número de desplazados de emigrantes tipo A (aquellos con capacidad de inversión y formación especializada). Además, el reciente cancelamiento de becas para la investigación del CAPES (programa de capacitación para la enseñanza superior) y reducción del presupuesto del CNPq (consejo nacional de investigaciones) hace que miles de profesionales empiecen a arreglar sus maletas con destino a Europa y Estados Unidos.
Por estas razones, aunque la situación en el extranjero no sea fácil, parece ser más atractiva que la de quedarse en el país que hasta 2012 era una de las naciones que más generaba empleos segun la OIT (organización internacional de trabajo) y demandaba mano de obra especializada. Pero ahora, emigrar vuelve a ser la solución.
LatinAmerican Post | Wesley Guerra
Copy edited by Juliana Suárez
