La sexualidad, la atención del aborto, la violencia de género y la fertilidad son las intervenciones esenciales para una nueva agenda de salud en el mundo

La semana del 7 de mayo la Comisión Guttmacher-Lancet, compuesta por 16 expertos de África, Asia, Europa, Medio Oriente, América del Norte y América Latina, presentó un informe que detalla las intervenciones esenciales para mejorar la salud global. Además, en este se señala la necesidad de implementar una definición más amplia de salud y derechos, tanto sexuales como reproductivos. Definición que englobe no solo la prevención de enfermedades y la anticoncepción, sino también una educación sexual efectiva, servicios de fertilidad y asesoramiento sobre la violencia de género.

Las intervenciones que establece el trabajo se dirigen especialmente a abordar áreas que han estado desatendidas como: los servicios de fertilidad, prevención, detección y asesoramiento sobre violencia de género, tratamiento y prevención de cáncer cervicouterino, atención segura durante el aborto, tratamiento y prevención de enfermedades de transmisión sexual diferentes al VIH y educación sexual integral.

El informe señala que “la salud y los derechos sexuales y reproductivos son fundamentales para la salud y la supervivencia de las personas, para el desarrollo económico y para el bienestar de la humanidad”. Asimismo, explica que a pesar de todos los beneficios que tiene la inversión en salud sexual y reproductiva, el progreso se ha visto estancado debido a la falta de compromiso político, a los escasos recursos, a la discriminación persistente contra las mujeres y las niñas, y a la falta de voluntad para abordar temas relacionados con la sexualidad abierta.

Alex Ezeh, co-presidente de la Comisión y exdirector ejecutivo del Centro de Investigación sobre Población y Salud de África, señala que “es hora de eliminar estas inequidades con un enfoque integral que no pase por alto componentes críticos como el acceso al aborto legal y seguro, la prevención del cáncer reproductivo o el tratamiento de la infertilidad”. Es debido a esto que se hace un llamado a los gobiernos para que implementen políticas y acciones, con el fin de permitir a todos los ciudadanos alcanzar sus derechos en la salud sexual y reproductiva y evitar la desigualdad de género.

El Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) muestra que aún no se están asegurado estos derechos, pues anualmente en el mundo se llevan a cabo 25 millones de abortos inseguros. Más aún, entre 49 y 180 millones de parejas se ven afectadas por la infertilidad, casi dos millones de personas se infectan con el VIH, aproximadamente 266.000 mujeres mueren de cáncer de cuello uterino y se pronostica que una de cada tres mujeres experimentará violencia de género en algún momento de su vida. Todo esto se debe principalmente a que las intervenciones se han centrado únicamente en la anticoncepción, la salud materna y neonatal, y el VIH/SIDA.

La comisión Guttmacher-Lancet demuestra que además de ser necesaria la implementación de estas medidas, estas son asequibles. Esto se debe a que estas suponen una inversión mundial mínima de 54.000 millones de dólares, equivalente a solo 9 dólares por persona al año, lo que hace que sea posible su ejecución en la mayoría de los países de bajos y medianos ingresos.

La implementación de este paquete básico de intervenciones conllevará a mejorar la salud y el bienestar, promover la igualdad de género, aumentar la productividad y el ingreso familiar, y mejorar la salud y el bienestar de los niños.

Latin American Post | Andrea del Pilar Rojas Riaño

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