Glifosato: una atrocidad para Latinoamérica
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El uso del glifosato vuelve a causar polémica y terror en varios países de América Latina
El glifosato es un producto químico diseñado por la multinacional estadounidense productora de agroquímicos Monsanto. Este herbicida fue elaborado para eliminar hierbas, arbustos y, en especial, plantas de tipo parenne.
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Según la información suministrada por la multinacional Monsanto, el glifosato fue desarrollado para controlar abundante variedad de malezas, que corta e impide el crecimiento de una planta. Además, la empresa aclara que el glifosato no está presente en los seres humanos, ni en animales y, de acuerdo a la información publicada en su página web, “contribuye al bajo riesgo para la salud humana, siempre y cuando sea utilizado de acuerdo a las instrucciones de la etiqueta”.
Sin embargo, estas afirmaciones no han sido suficientes, debido a que el año pasado la compañía americana fue obligada a indemnizar a Dewayne Johnson, un jardinero de 46 años de edad después de comprobar que el cáncer terminal que padece fue a causa del glifosato.
Además, según la Agencia de protección ambiental de California, al día de hoy esta multinacional cuenta con otras cinco mil demandas presentadas por personas con cáncer atribuido al uso de este químico.
No obstante, esto no parece importar a varios gobiernos latinoamericanos, pues países como Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Perú y Colombia siguen usando este químico para fumigar varios cultivos ilícitos.
“Todos los Gobiernos latinoamericanos apoyan a Monsanto.”
Estas son las afirmaciones del Dr. Merardo Ávila Vásquez, coordinador de la red argentina Médicos de Pueblos Fumigados. De acuerdo al Dr. Ávila, siempre ha existido una misma postura en los gobiernos de América Latina sobre este tema.
No es un secreto que el glifosato se usa masivamente, ya que, según estudios de la Red argentina de Médicos de Pueblos Fumigados, Argentina se ha convertido en la nación que más pesticidas utiliza en el mundo: su consumo es de 5 kilos por habitante cada año. En Brasil, la diferencia no es mucha, pues el consumo de glifosato se estima por una cantidad de 3,5 kilos por habitante anualmente.
En países como Uruguay y Paraguay se ha evidenciado el incremento de cultivos transgénicos que resisten al glifosato. En Colombia, a pesar de que las asperaciones aéreas de glifosato fueron abolidas mediante la “sentencia T-236 de 2017”, debido a los enormes desastres generados, el actual presidente Iván Duque pidió retomar el uso del glisofato, mientras que el expresidente Juan Manuel Santos manifestó que sería un error volver a dichas prácticas.
Además, en el presupuesto de Estados Unidos para el año 2020, el presidente Donald Trump hizo la solicitud al congreso para duplicar los recursos destinados a Colombia con el fin de avanzar en la lucha contra el narcotráfico, en la que se haría uso de este químico por enormes cantidades.
De hecho, varios administradores públicos han manifestado su consentimiento con la idea de avalar nuevamente las fumigaciones aéreas con este químico, suspendidas en el año 2015. Así lo afirmó el exmiembro del partido conservador, Fernando Londoño: “Glifosato a la lata, que llueva glifosato en los campos de Colombia. Sirve de maravilla, los delincuentes le temen y las historias de las siembras la demuestran. Son los Estados Unidos los que han pagado el costo de las fumigaciones. Nos han salido gratis, amigos queridos”, anunció.
Sin embargo, la verdad se desconoce qué tan gratis vaya a salir el aporte de Estados Unidos a Colombia. Por ejemplo, a pesar de que el uso de la planta de coca ha sido una costumbre desde comienzos de la historia en los pueblos nativos de la cordillera Andina y en la Amazonía para uso medicinal y terapéutico —solo cuando comienza a procrearse y extraer la pasta de coca base es que empieza a denominarse como cultivo ilícito—, el Estado también ha utilizado el uso del glifosato para perjudicar los cultivos lícitos de las regiones donde se cultivan hojas de coca. Esto ha afectado sobremanera la salud de sus moradores, pues los ha obligado a marcharse de su territorio y así lograr utilizar esas zonas de siembra como cultivos de palma africana. Así lo afirmó Pedro José Arenas, coordinador del Observador para Cultivos Ilícitos del departamento del Guaviare.
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El glifosato: Monsanto y su producto estrella han generado graves impactos en Latinoamérica
La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina (USSCNAL) realizó un llamado a las autoridades latinoamericanos para prohibir definitivamente el glifosato, debido a los evidentes efectos fatales en el ser humano y en el medio ambiente. “Se ha evidenciado el aumento de los graves efectos dañinos que este herbicida ha generado a la salud humana y en especies claves para el equilibrio ecológico”, afirmó la unión.
Por otro parte, las comunidades indígenas de Colombia, entrevistadas por la Defensoría, afirman padecer enfermedades digestivas y respiratorias como consecuencia de las fumigaciones con glifosato. En cuanto a siembras, se han reflejado enormes pérdidas en cultivos de maíz, cebolla, plátano, yuca y otros productos.
Además, la muerte de Fabián Tomasi, quien desarrolló una neuropatía tóxica por el contacto constante con el glifosato debido a su trabajo con los aviones de fumigación en Argentina, se ha convertido en un símbolo latinoamericano de la lucha contra Monsanto y el glifosato.
La agricultura ecológica es la práctica para renacer de las cenizas
Aunque la industria química y sus campañas de marketing han intentado persuadir al mundo que hoy en día es imposible mantener la agricultura sin la ayuda de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, la ONG ambientalista Greenpeace, en relación con su trabajo para lograr la prohibición del glifosato, afirman que la agricultura ecológica demuestra que no solo es la mejor opción para preservar al medio ambiente y la salud de todo ser vivo, sino que además es capaz de alimentar al planeta si se realizan las inversiones oportunas. Esto podría ser un principio de empleo verde. Así lo muestran en la información publicada en su página web: “En el modelo de agricultura ecológica se promueve el equilibrio ecológico basado en la biodiversidad, siendo la única forma de garantizar alimentos sanos para hoy y también para el futuro”.
LatinAmerican Post | Julieta Gutierrez
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