Made in México
Gobierno mexicano espía a periodistas al estilo del “Gran Hermano” de Orwell
El 19 de junio, The New York Times publicó una investigación que parecería sacada de una película de ciencia ficción, de un cuento de George Orwell o hasta de filtraciones de Edward Snowden; lamentable, no fue así.
La investigación elaborada por el Artículo 19, R3D y Social Tic con asistencia del Citizen Lab de la Universidad de Toronto, Canadá, reveló que el gobierno mexicano del presidente Enrique Peña Nieto (EPN) espió a periodistas, protectores de DD.HH., abogados, líderes de OSC’s y hasta a un menor de edad.
Según la investigación, la Secretaria de Gobernación (Segob), el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y la Procuraduría General de la República (PGR) gastaron, desde 2011, más de 80 millones de dólares en la adquisición y uso del software Pegasus de la empresa NSO Group. Este fue adquirido bajo la condición de que sólo sería usado para combatir a terroristas y grupos criminales; sin embargo, eso no sucedió.
Mientras que el gobierno de Peña Nieto felicitaba el 7 de junio a los periodistas con motivo del Día Internacional de la Libertad de Expresión, tiempo atrás su gobierno ya los había espiado. Pero ¿con qué motivos o fines? Si hubo algo en común por el cual todos los objetivos fueron observados, fue porque todos, y cada uno de ellos, criticaron al gobierno de Peña en momentos álgidos.
Mario Patrón, director de la organización Centro de Derechos Humanos, fue víctima del programa espía, en conjunto con el subdirector Miguel Agustín Pro Juárez, justo cuando llevaban el caso de la violación a los DD.HH. en Tlatlaya y Ayotzinapa de los 43 estudiantes; Carmen Aristegui, su equipo de investigación y hasta su hijo fueron atacados por publicar el reportaje “La Casa Blanca de EPN”; Carlos Loret de Mola por cuestionar la versión oficial de la balacera en Tanhuato, Michoacán; el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) , al igual que los previamente mencionados, fue interceptado por el gobierno justo cuando estaban en el proceso de la creación de las leyes contra la corrupción.
Todos ellos recibieron un mensaje de texto (SMS) con un link que al abrirlo infectaba sus teléfonos y con ello podían acceder al 100% a sus comunicaciones. Es más, los operadores de Pegasus podían encender la cámara y el micrófono para escuchar o grabar lo que ellos desearan y cuando lo desearan.
Lamentable, la situación que vive México no es la más grata para ejercer el periodismo y en vez de que el Gobierno Federal se centre en destruir a los grupos criminales, prefiere atacar y violar la intimidad de los defensores de la libertad y de los DD.HH. Como diría uno de los espiados, Juan Pardina: “Somos los nuevos enemigos del Estado”.
“Big Brother is watching you!”
LatinAmerican Post | Leo Huitrón
Copy edited by Susana Cicchetto
