PFAS, los químicos perpetuos ponen en peligro a las especies en vía de extinción
La organización ecologista Environmental Working Group (EWG) alerta sobre el peligroso incremento de los niveles de PFAS en especies tan icónicas como los osos polares, tigres y pandas, muchas de ellas con sus poblaciones reducidas, vulnerables y en peligro de extinción.
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LatinAmerican Post | Julián Andrés Pastrana Cuéllar
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Una nueva amenaza se cierne sobre la fauna silvestre alrededor del mundo: la contaminación por los PFAS, también conocidos como químicos perpetuos. Al menos así se desprende de un estudio realizado por EWG que ha puesto de manifiesto esta grave problemática. Según esta organización, al menos un centenar de investigaciones indican que se han detectado rastros de PFAS en peces, aves, reptiles, anfibios, así como grandes y pequeños mamíferos. Osos polares, tigres, monos, pandas, delfines, junto con otras 330 especies, estarían siendo afectados por estas nocivas sustancias.
¿Pero qué son los PFAS? De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas son agentes químicos que desde mediados del siglo pasado han sido fabricados y utilizados en muchas industrias alrededor del mundo. Reciben el calificativo de “perpetuos” porque son agentes que al entrar a los ecosistemas y al cuerpo humano no se degradan, sino que se acumulan, volviéndose muy persistentes a largo plazo.
Los PFAS también afectan en los humanos
Se ha comprobado que la exposición a estas sustancias puede acarrear afectaciones a la salud humana, entre ellas, la supresión del sistema inmune, reducción de la efectividad de las vacunas, aumento del colesterol, problemas en el sistema reproductivo y en el desarrollo, daños en el hígado y los riñones, bajo peso al nacer, perturbación de la hormona tiroides. Además, supone un riesgo alto de padecer algunos tipos de cáncer. Pruebas en animales han revelado la formación de tumores por el contacto con estos químicos.
Cabe añadir que de acuerdo a la EPA los humanos pueden contaminarse con los químicos perpetuos en sus lugares de trabajo si estos son plantas de producción o industrias que utilizan PFAS, así como a través del consumo de alimentos envasados en materiales que contengan estos agentes, productos domésticos comerciales, el agua potable y organismos vivos como peces y animales.
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PFAS: un problema global
A partir de los estudios que existen sobre los PFAS, EWG ha podido concluir que estas peligrosas sustancias están presentes en todo el mundo, contaminando el aire, las fuentes hídricas y los suelos, lo que supone que los animales y seres humanos están expuestos a graves daños.
En enero pasado, EWG publicó un mapa que muestra las zonas dentro de Estados Unidos en las que se han encontrado rastros de químicos perpetuos en los peces de agua dulce y la vida silvestre local, lo que, considerando la alta persistencia de estos agentes químicos, podría reflejar que en otros países del mundo la situación es similar.
Esto es de especial gravedad, ya que, a partir de lo expuesto por EWG, las afectaciones en la salud que causan los PFAS alcanzan también a especies en peligro de extinción. Estas especies, a la par con la contaminación con estos químicos, deben enfrentarse a otras amenazas a su supervivencia, como la pérdida de hábitat y los daños a sus ecosistemas, muchas veces propiciados por el desarrollo industrial.
Según estimaciones de esta organización, puede haber más de 40.000 contaminantes industriales que están vertiendo PFAS en los ecosistemas de Estados Unidos. Vertederos municipales, plantas de tratamiento de aguas residuales, aeropuertos y lugares en lo que se ha hecho uso de espumas contra incendios que contienen estos químicos perpetuos serían responsables de su descarga en aguas superficiales.
¿Cómo remediar esta situación?
Frente a este fenómeno, la solución radicaría en la adopción urgente de acciones regulatorias a nivel nacional e internacional, orientadas a proteger la vida silvestre de la contaminación por estos nocivos agentes químicos.
Al respecto, la EWG explica que las agencias federales estadounidenses se han comprometido a frenar las descargas de PFAS en el medio ambiente, sin embargo, varias de estas iniciativas se han retrasado haciendo que su eficacia a futuro quede en entredicho. Por eso, ciertos estados de Estados Unidos no están esperando las respuestas del gobierno federal, sino que ellos mismos están encarando esta problemática.
Por otra parte, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos menciona que algunos PFAS ya no se fabrican en este territorio, gracias a los planes de erradicación gradual como el Programa de gestión del ácido perfluorooctanoico, iniciativa que comprometió a ocho importantes fabricantes químicos a eliminar de manera progresiva el uso de estas sustancias, así como su emisión en sus respectivas plantas. No obstante, dichos químicos perpetuos, como los PFOA y los PFOS, aún son generados en otros países, por lo que pueden llegar a territorio estadounidense a través de la importación de productos que los contengan. Por otra parte, es preciso que este tipo de mediciones y estudios también se implementen en otras zonas del planeta con mayor profundidad.