¿Por qué Latinoamérica es tan vulnerable a los terremotos?
La región de América Central y América del Sur tienen una alta probabilidad de terremotos por las características del territorio. Te explicamos por qué
Foto: Wikimedia-AntoFran
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
Escucha este artículo
Read in english: Why is Latin America So Vulnerable To Earthquakes?
Un fuerte temblor sacudió a México este 19 de septiembre. El Servicio Sismológico Nacional mexicano anunció que se trató de un terremoto de 7,7 de magnitud. El fuerte temblor se dio en medio de la conmemoración de otros dos sismos que dieron en 2017 y 1985, que dejaron cientos de fallecidos. En esta ocasión, se produjeron dos muertes. Asimismo, el fenómeno sucedió justo cuando se tenía programado un simulacro, por lo que hubo confusión en la población. No es la primera vez que México vive un terremoto de esta magnitud. No obstante, en esta ocasión la pérdida de vidas fue menor y había más preparación.
Sin embargo, México no es el único país donde cada tanto los sismos causan emergencias. Cabe recordar el terremoto de Haití de 2010, que causó una crisis sin precedentes. En Chile en 1960 un terremoto de 9,5 de magnitud dejó más de 2 mil muertos. Más recientemente, en 2010, en este país andino hubo un terremoto que duró más de 4 minutos la sacudida. Por otra parte, en 1970 en Perú hubo más de 66.000 muertos por un terremoto y seis años después, en Guatemala, más de 23.000 fallecidos.
¿Por qué tiembla tanto en América Latina?
América Latina y el Caribe es la segunda región más propensa a los desastres naturales, según un informe de Naciones Unidas publicado en 2020. De acuerdo con este mismo informe, en la región se produjeron 75 terremotos, con 226.000 muertes y 339.000 heridos, del 2000 al 2020. En especial, las zonas de América Central y la costa occidental de América del Sur son unas de las más sísmicas del mundo. Esto se debe a que se ubican en el “Anillo de fuego”, una región caracterizada por la alta presencia de volcanes y movimientos constantes en las placas tectónicas.
América Central además tiene la particularidad de que en su zona convergen dos placas tectónicas: la del Caribe y la de América del Norte. Eso hace que también sea una zona muy sísmica.
Ecuador, Chile, México, Perú, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y El Salvador son algunos de los países más vulnerables. Sin embargo, ninguno está exento de vivir un sismo. Asimismo, la ciencia no ha logrado desarrollar sistemas que hagan una predicción exacta de los terremotos o sismos. Por tal razón, la mejor manera de afrontarlo es prevenir y tener una preparación sobre cómo reaccionar en caso de vivir uno, en especial cuando se vive en una zona con alto riesgo sísmico.
En materia gubernamental, los países con riesgo sísmico deben tener protocolos de construcción estrictos, que permitan a las edificaciones soportar los movimientos telúricos. En este sentido, las oficinas de planificación regionales y entidades para la prevención de riesgos también deben dar información a la población general sobre los planes de emergencia ante un desastre natural. Por ejemplo, tras los eventos desastrosos en Chile, sus políticas para la construcción antisísmica son cada vez más estrictas.
Te recomendamos leer: ¿Qué es una Ciudad Inteligente y cuáles son las más reconocidas en América Latina?
Claves para estar preparado ante un sismo
Es importante, participar de los simulacros que realicen en su ciudad o lugar de trabajo. Asimismo, aprovechar las capacitaciones que se den en esta área. Por otra parte, antes de adquirir una vivienda es fundamental averiguar sobre las licencias de construcción y la adaptación ante este tipo de riesgos.
“No cuelgues objetos pesados como cuadros o espejos cerca de las camas, sofás y lugares para sentarse o dormir”, señala información de la Cruz Roja. Asimismo, en cada casa debe haber un kit de emergencia, en un sitio fácil de coger, que pueda usarse ante una catástrofe. Este tipo de kit es útil para diferentes tipos de desastres o emergencias. Un kit básico de emergencias debe contener: agua potable, alimentos enlatados o no perecederos, una linterna y un radio de pilas, un botiquín de primeros auxilios, un silbato que permita pedir ayuda y elementos básicos de aseo, así como alguna prenda de cambio si es posible.