¿Solo siendo vegetariano se ayuda al planeta? Cambios en la dieta para ayudar al medio ambiente
Con la inminente crisis y emergencia climática, es común ver información sobre medidas de mitigación y posibles soluciones que se pueden hacer desde casa. En los últimos años, se ha generado un debate sobre la estrecha relación que tiene la alimentación diaria con los impactos negativos a nivel ambiental.
LatinAmerican Post | Daniel Alejandro Vergara García
¿Puedo estar afectando al medio ambiente con lo que como todos los días? ¿Utilizar una dieta vegana ayudará a reducir los efectos del cambio climático? ¿Puede haber un término medio con el cual pueda reducir mi consumo de carnes y otros alimentos dañinos para el ambiente sin modificar completamente mi dieta diaria?
Todas estas preguntas pertenecen a una conversación que se ha venido planteando en las agendas médicas, económicas y ambientales de gran parte del mundo. Lo cierto es que aunque se tiene la certeza de que el consumo excesivo de ciertos alimentos influye directamente en los fenómenos de la emergencia climática, hay ligeros que se pueden realizar y no implican modificaciones completas de las dietas diarias.
No es un secreto que la ganadería extensiva es uno de los mayores problemas que se tienen que enfrentar si se desea reducir los efectos del cambio climático. Según un artículo de National Geographic: “actualmente, la carne de vacuno es la principal causa de la deforestación a nivel mundial, responsable del 41% de la destrucción de selvas tropicales. En comparación, la tala para la obtención de madera y papel es solo del 13%”. Esto implica la pérdida exponencial de biodiversidad en cuanto a la fauna y flora, lo que conlleva a diferentes escenarios como la extinción de especies y la desaparición de ecosistemas vitales para la transformación de dióxido de carbono en Oxígeno.
Datos de esta misma investigación afirman que la industria alimentaria es la responsable de emitir entre el 30 y 40% de los gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo. Según la Fundación AQUAE, este tipo de gases, por sus características químicas, luego de subir permanecen en la atmósfera y absorben la energía infrarroja emitida por el sol, esto conlleva a que la temperatura de la tierra y los océanos aumente y se produzcan variaciones climáticas extremas, el aumento de las mareas y el deshielo de los polos. El ganado emite Metano un gas que representa cerca del 14% de las emisiones anuales de GEI, y es 28 veces más eficaz para la conservación del calor y la radiación del sol que el CO2.
En cuanto al pescado, según el reportaje de CNN “Somos lo que comemos”, alrededor de un tercio de la población de pescado en el mundo está sobre explotada y cerca del 60% se pesca a la máxima capacidad, haciendo de la industria pesquera algo insostenible.
Un artículo publicado por el Centro para los Sistemas Sostenibles, de la universidad de Michigan, afirma que existen tres posibles escenarios para 2030 en materia de cambio climático y que cada uno depende de las medidas que tanto los gobiernos como la sociedad tomen en cuanto a los hábitos alimenticios. Según los investigadores, en 2016, un estadounidense promedio consumió cerca de 133 libras anuales de carnes, lo que conlleva a que su huella de carbono por día sea de 5.0 kg de dióxido de carbono emitidos por persona. Se afirma que para 2030 la media tenderá a subir si no se toman acciones.
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Algunas alternativas
“Reducir a la mitad la ingesta de todos los alimentos de origen animal y reemplazarlos por cantidades equivalentes de alimentos de origen vegetal da como resultado una disminución del 35 % en los GEI desde la línea de base, a 3,3 kg de CO2 por persona por día. Así mismo, reducir aún más el consumo de carne de vacuno a solo el 10 % del valor de referencia y su posterior sustitución por proteínas de origen vegetal reduce las emisiones relacionadas con la alimentación a 2,4 kg de CO2 al día, una disminución del 51 % con respecto al valor de referencia”.
Es necesario aclarar que el estudio plantea que tomar medidas como la pequeña reducción en el consumo de carnes, ayudará en gran medida a combatir ciertos de los efectos del cambio climático. Luego de esta información se puede volver a una de las preguntas iniciales: ¿Puede haber un término medio con el cual pueda reducir mi consumo de carnes y otros alimentos dañinos para el ambiente sin modificar completamente mi dieta diaria? La respuesta es: ¡Sí! Si bien, ser vegetariano es la mejor opción para el cambio climático, hacer una reducción consciente en el consumo de carne también puede ayudar.
En una entrevista realizada por CNN a Maggy Keet, fundadora del portal web “Planetarian Life” se habla de cómo llevar a cabo estrategias flexibles con la comida que puedan aumentar el consumo de plantas y reducir el de las carnes sin hacer grandes modificaciones en la dieta.
Keet expone en su portal web que las personas podrán encontrar consejos en el camino de comer nuevas cosas por el planeta, algunos de estos son:
- Pequeños detalles, grandes cambios: realizar sustituciones en algunos alimentos de uso diario como el azúcar por la miel.
- Evitar usar el discurso narrativo de la lucha climática como algo relacionado a la reducción o renuncia de algo, en este caso los alimentos, sino pensar en que se añaden posibilidades para la cocina diaria, en vez de quitar se añaden opciones para la dieta personal o familiar
- Hacer cambios graduales y no tan drásticos en el modo de alimentación. Preparar recetas bases que luego se pueden utilizar para realizar otro tipo de platos. En el artículo se sugieren carne molida de lenteja o nueces y salsas de tomate.
- Experimentar con los alimentos, promueve la creatividad, el gusto por investigar más sobre los alimentos y satisface el paladar.
Asimismo, hacer compras a granel, evitar alimentos empacados en plástico, comprar a productores locales y elegir productos de temporada son factores clave. Estos consejos son solo unos pocos de una larga lista para añadir diversas opciones a las dietas diarias de las personas. Es un hecho que la crisis climática es inminente, sin embargo con ayuda de algunos vegetales, granos, hortalizas, sartenes, una pizca de sal y aceite se puede ayudar a reducir los efectos del cambio climático.