La retira de Estados Unidos se hará efectiva a finales del próximo año

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En un comunicado emitido por el Departamento de Estado de Estados Unidos, se advierte que el gobierno de Donald Trump toma la decisión de apartarse de la UNESCO porque entiende que el organismo necesita “reformas fundamentales” y que también tiene “un sesgo contra Israel “. En el escrito aclara que el país tiene la voluntad de continuar en el vínculo como observador para “contribuir con miradas, perspectivas y experiencia” en los temas que trata y no alejarse de la organización de manera radical.

La portavoz Heather Nauert dijo que el Departamento de Estado ya notificó a la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, de la decisión. “Esta decisión no se tomó a la ligera y refleja las preocupaciones de Estados Unidos con el aumento de los atrasos de pagos en la Organización”, afirmó Nauert ante rueda de prensa. Nauert también afirmó que la fecha de salida fue cuidadosamente escogida para evitar efectos adversos dentro de la sociedad.

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Bokova, por su parte, afirmó en un comunicado “lamentar profundamente” la decisión de Estados Unidos. “La universalidad es esencial para la misión de la UNESCO, para construir la paz y la seguridad internacionales frente al odio y la violencia, con la defensa de los Derechos Humanos y de la dignidad humana”, afirmó la Secretaria General.

La decisión de salirse de la organización parece haber sido tomada por el presidente Donald Trump, ya que el secretario de Estado, Rex Tillerson, quien apoyaba la opción de salida, siempre argumentó que dicha acción tendría que tomarse más adelante después de la elección del nuevo Secretario General. De hecho, esta semana la UNESCO está decidiendo quién reemplazará a Bokova. Hay dos candidatos con posibilidades: la ex ministra francesa de Cultura, Audrey Azoulay, y el ex ministro qatarí de Cultura, Hamad bin Abdulaziz Al-Kawari.

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No es la primera vez que Estados Unidos abandona la UNESCO. En 1984, cuando Ronald Reagan estaba en la Casa Blanca, el país norteamericano dejó la organización al acusarla de “politizar virtualmente todas y cada una de las materias bajo su jurisdicción, mostrar hostilidad hacia las instituciones básicas de una sociedad libre, especialmente el libre mercado y la libertad de prensa, y mostrar una expansión presupuestaria sin límites”.

En aquella ocasión, el Reino Unido, bajo la dirección de Margaret Thatcher, optó por acompañar a Estados Unidos. Solo hasta 1997, los británicos volvieron a la organización: EE. UU no regresó hasta el 2002.   

Con esta decisión, enmarcada bajo el argumento de sesgo contra Israel, queda claro el papel que cumple el país mediterráneo en la política exterior de Estados Unidos.

Para Rusia, la decisión tomada por Estados Unidos fue calificada como una “noticia triste”, como lo mencionó el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov. Sin embargo, una funcionaria del ministerio de Relaciones Exteriores ruso afirmó que la UNESCO “no perdía nada” con la salida de la potencia norteamericana.

Latin American Post | Carlos Eduardo Gómez Avella

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