Messi vs el Real Madrid: un partido que demostró su irregular presente

El PSG de las estrellas se enfrentó con el siempre competitivo Real Madrid por octavos de final de la UEFA Champions League. Con un golazo sobre la hora de Kylian Mbappé (uno de los apuntados desde hace un par de temporadas para reforzar a los merengues) el PSG dio un buen primer paso para avanzar hacia cuartos.

Sin embargo, el nivel de juego mostrado siembra algunas dudas. No solamente hacemos referencia a lo colectivo, sino también a lo individual. Uno de los más señalados es Lionel Messi, que todavía no logra cuajar del todo bien en la escuadra parisina. En este caso, todos esperaban que el rosarino tuviese un partido que lo consolide como líder del equipo, lo cuál no ocurrió, ni teniendo la posibilidad de convertir un penal.

¿Las razones? Pues simple: al ser un ídolo del FC Barcelona, donde transitó gran parte de su carrera, el argentino se acostumbró a convertir goles en casi todos los encuentros contra los merengues. Más específicamente, les hizo 26 goles entre 2005 y 2021, siendo una de sus “víctimas preferidas”. Incluso, Messi se transformó en el máximo goleador histórico del clásico entre ambos.

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Ahora, el problema es que no solamente no pudo convertir en este nuevo enfrentamiento con el PSG, sino que tampoco su nivel ha sido el mejor. En el segundo tiempo, Messi tuvo la gran chance de abrir el marcador desde el punto penal… pero Courtois, el arquero belga del Real Madrid, adivinó su intención y le impidió sumar su 27 gol contra el club de Madrid.

La irregular adaptación de Messi al PSG

Entonces, ¿qué es lo que le está sucediendo al recién ganador del Ballon d’Or? Lo primero que hay que destacar es que el principal rival de Messi es él mismo. Esto significa que, seguramente, un mal partido suyo será superior a uno bueno de casi cualquier otro futbolista. Por ejemplo, contra el Real Madrid no tuvo su mejor actuación, pero tuvo algunas jugadas interesantes, dignas de nivel de Champions League.

El problema es que Messi parece no tener el acompañamiento que necesita en este momento de su carrera, salvo en la Selección Argentina. Curiosamente, allí mostró un gran presente, pues se encuentra con un equipo que tiene una idea sólida de juego y que no siempre depende de su rendimiento para obtener una victoria.

Esto no pasó en el último tiempo en el FC Barcelona, ya que se trataba de un equipo en reconstrucción. Tampoco está sucediendo actualmente en el PSG, ya que cuenta con una gran cantidad de jugadores por posición que impide que el técnico, Mauricio Pochettino, consolide una idea de juego o un “once de memoria”.

También hay que destacar que el PSG carga sobre sus hombros la presión de ser actualmente el equipo más poderoso del planeta. Además, Messi también fue un fichaje que causó muchas expectativas en el ambiente del fútbol. Así, cualquier resultado que no signifique levantar una nueva UEFA Champions League será considerado como un fracaso.

Por otro lado, tampoco hay que omitir lo que implica la adaptación hacia un fútbol distinto. Por ejemplo, la liga de España se caracteriza por tener equipos que no hacen tanto esfuerzo defensivo, algo que le permitía mayor cantidad de espacios para marcar goles. En cambio, en Francia la presión es constante, por lo que esto también influye sobre su juego.

Tampoco hay que olvidar que el éxito reciente en la Copa América 2021, donde se coronó después de años de frustración, también puede hacerle tener la cabeza en otro lado. Esta es alguna de las teorías que tienen algunos hinchas del fútbol, ya que en la Argentina parece más feliz y cómodo que cuando tiene que afrontar sus compromisos con el cuadro francés.

Para entender esta situación, tan solo hace falta ver sus números en la actual temporada. Con 21 partidos disputados, solamente ha alcanzado los 7 tantos. Si bien es una cifra alta para un delantero de Europa, parece realmente baja para un jugador de la talla de Messi. Comparando estos registros con cualquier otro año en el FC Barcelona, todo parece indicar que el nivel ha bajado.

Igualmente, resulta lógico que, en algún u otro momento, su rendimiento empiece a volverse irregular. A la vez, hay que recordar que es un futbolista de 34 años, que lamentablemente se encuentra en la recta final de su trayectoria. Si bien todavía queda mucho tiempo para que la temporada finalice, está claro que Messi debe demostrar en el PSG por qué es el mejor jugador del mundo.