AMÉRICAS

Rebeldes del ELN de Colombia prometen poner fin a los secuestros en medio de conversaciones de paz

En una medida significativa, los rebeldes del ELN de Colombia acuerdan poner fin a los secuestros si se prolonga el alto el fuego del actual gobierno .

Pablo Beltrán

17/12/2023.- Pablo Beltrán (d), jefe de la delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en los diálogos de paz entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional-ELN, habla en el cierre del quinto ciclo de paz Conversaciones entre el gobierno colombiano y el ELN en la Ciudad de México. EFE/Isaac Esquivel

The Latin American Post Staff

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El giro pacífico del ELN: una decisión histórica

El Ejército de Liberación Nacional (ELN), el grupo rebelde de izquierda de Colombia, ha dado un paso fundamental hacia la paz al aceptar abandonar el secuestro como método de recaudación de fondos. Este compromiso surgió de un fin de semana de negociaciones con el gobierno colombiano en la Ciudad de México, lo que marcó un posible punto de inflexión en el largo conflicto del país.

Los secuestros han sido una fuente de profunda frustración e ira entre los colombianos, particularmente resaltados por el secuestro en octubre del padre de la estrella del fútbol Luis Díaz, un incidente de alto perfil que llevó el tema a la atención internacional. El padre de Díaz estuvo cautivo durante 12 días, mientras que su madre fue rescatada a las pocas horas por la policía. El incidente puso de relieve el miedo y el malestar generalizados causados por esas tácticas de guerrilla.

Una promesa condicional

La promesa del ELN vino con una condición: la extensión del actual alto el fuego, que expirará el 29 de enero. Este alto el fuego ha sido un elemento frágil pero crítico del proceso de paz iniciado en agosto. Sin embargo, persisten las incertidumbres sobre el destino de aproximadamente 38 colombianos actualmente retenidos por el ELN y el compromiso del grupo con el compromiso si finaliza el alto el fuego.

Aunque cautelosamente optimista, este desarrollo en las conversaciones de paz señala un posible cambio en el enfoque del ELN. Fundado en 1964, el ELN es uno de los últimos grupos guerrilleros que quedan en Colombia que aún no deponen las armas por completo. Su participación en secuestros ha sido durante mucho tiempo una preocupación importante, a menudo dirigida a civiles para financiar sus operaciones mediante demandas de rescate.

Progreso en medio de desafíos

Las recientes rondas de negociación han dado nueva vida a las conversaciones de paz, a menudo estancadas. A pesar de los desafíos, Vera Grabe, jefa negociadora del gobierno, reconoció los avances hacia la paz con el ELN. El éxito de las conversaciones depende de que se aborden varios temas, incluida la supuesta participación de los rebeldes en negocios ilícitos como el contrabando de cocaína, una afirmación que el ELN niega con vehemencia.

El presidente Gustavo Petro, que encabeza el primer gobierno de izquierda de Colombia, ha enfatizado la importancia de estas conversaciones para extender el alto el fuego. Un aspecto crucial de las discusiones implica abordar la dependencia de los rebeldes de actividades ilícitas. Esta cuestión, descrita como "reemplazar el comercio ilícito", es un obstáculo potencial en las negociaciones en curso.

La promesa del ELN de poner fin a los secuestros es más que una simple retirada táctica; es una respuesta a la dinámica cambiante en Colombia y al creciente clamor por la paz. La voluntad del gobierno de colaborar con el grupo rebelde y la aparente disposición del ELN a alterar sus estrategias ofrecen un rayo de esperanza para una resolución duradera del conflicto que dura décadas.

El camino hacia la paz

Sin embargo, el camino hacia la paz está plagado de desafíos. Las conversaciones deben sortear las complejidades de desmovilizar a un grupo rebelde arraigado en décadas de conflicto y actividades criminales. Las medidas de fomento de la confianza, como el cese de los secuestros, son pasos cruciales en este proceso, pero requieren verificación y compromiso de ambas partes.

La situación también refleja la lucha más amplia de las sociedades posconflicto para reconciliar, rehabilitar y reintegrar a los excombatientes. El camino de Colombia hacia la paz con el ELN pasa por poner fin a las hostilidades y abordar las cuestiones socioeconómicas y políticas subyacentes que alimentan dichos conflictos.

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Además, se debe reconocer el papel de la comunidad internacional. El apoyo de países como México, que facilitó las conversaciones recientes, y de organizaciones como las Naciones Unidas es crucial para proporcionar el marco y la legitimidad necesarios para el proceso de paz.

La decisión del ELN de dejar de utilizar el secuestro como táctica de recaudación de fondos es un paso significativo hacia la paz en Colombia. Si bien el camino a seguir es complejo e incierto, este acontecimiento ofrece esperanza para un país cansado del conflicto. El éxito de estas conversaciones dependerá del compromiso tanto del gobierno como del ELN para abordar las causas profundas del conflicto y trabajar por una paz sostenible e inclusiva. Mientras Colombia avanza por este camino, el apoyo y la vigilancia de la comunidad internacional serán esenciales para garantizar que esta oportunidad de paz no se pierda.

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