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Gustavo Fernández y Francisco Sanclemente, dos deportistas latinos que son un ejemplo de superación

Gustavo Fernández es argentino y se dedicó al tenis, mientras que Francisco Sanclemente nació en Colombia y es maratonista. Conozca sus historias

Gustavo Fernández y Francisco Sanclemente, dos deportistas latinos que son un ejemplo de superación

La capacidad de superación ante la adversidad es lo que tienen en común estos dos personajes: el tenista argentino Gustavo Fernández y el atleta colombiano Francisco Sanclemente. Gustavo Fernández recibió un duro golpe hace unas semanas, luego de que el destino quiso que cayera por segundo año consecutivo en la final de Wimbledon y ante el mismo rival. El argentino, uno de los deportistas sobre sillas de ruedas más influyentes de Latinoamérica y actual número 3 del mundo en esa categoría, volvió a ceder ante el sueco Stefan Olsson por lo que seguirá esperando por el tercer Grand Slam de su carrera.

Read in english: Gustavo Fernández and Francisco Sanclemente, two Latino athletes who are an example of perseverance

A miles de kilómetros, el colombiano Francisco Sanclemente se enfoca en su próxima gran cita: los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, así como en sus otras actividades. El deportista disfruta del prestigio que le otorgó obtener la medalla de oro en la Maratón de Buenos Aires 2016 en Argentina.

LatinAmerican Post le muestra sus historias.

Infarto medular en familia de deportistas

Actualmente, Gustavo Fernández tiene 24 años de edad, pero cuando solo tenía año y medio la vida le jugó una mala pasada. Un infarto medular lo paralizó de la cintura para abajo. Sin embargo, eso no fue tan difícil de superar como quizá lo hubiera sido para cualquier otro. El Clarín cuenta que el nativo de Río Tercero, Córdoba, se repuso hasta convertirse en el tenista que es hoy en día. Incluso fue el abanderado de la delegación de Argentina en la inauguración de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016.

El diario resalta los orígenes deportivos de Fernández, los cuales están ligados al baloncesto. Su padre Gustavo “Lobito” Fernández fue jugador profesional de baloncesto de la Selección Argentina, al igual que lo es su hermano Juan Manuel. No obstante, Gustavo quiso ser diferente y se decidió por el tenis.

La decisión hasta hoy ha sido la correcta y así la avalan los números. De acuerdo con el Clarín, Fernández ganó 17 títulos individuales para 2016. Uno de los más resonantes logros fue en la arcilla de París ante el británico Gordon Reid, lo que le permitió convertirse en el primer argentino sobre silla de ruedas de la historia que triunfaba en el prestigioso Torneo de Roland Garros.

Sin patrocinantes

Lejos de pensar que por su condición las empresas privadas podrían interesarse en su historia y apoyarle, Gustavo aseguró en una entrevista más reciente que concedió al Clarín que no tiene “sponsors de indumentaria ni otros privados que me ayuden con plata. Sí tengo uno de silla de ruedas Invacare, y otro de raquetas Yonex, quienes, aunque no tenemos un contrato firmado, siempre me han tratado muy bien. Pero conseguir sponsor privados en Argentina es muy difícil”.

Fernández agregó en la misma entrevista que solo tiene una beca del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), la cual le ha ayudado mucho. “Una vez que armamos el calendario, mi entrenador, Fernando San Martín, lo presenta al ENARD. Elegimos los vuelos y hoteles tratando de acomodar todos los viajes dentro del presupuesto. Por suerte, esto nos permite competir con las potencias de primer nivel mundial, estando en desventaja geográfica y económica”.

Como pasó con su infarto medular, Fernández no se intimidó ante esta situación. Así, el tenista argentino alcanzó el primer lugar del ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), lo que es un hecho sin precedentes para el deporte argentino. Además, ya fue campeón en dobles de Wimbledon (2015) junto al francés Nicolás Peifer, del ya mencionado Roland Garros (2016) y más recientemente del Abierto de Australia (2017), explica el Clarín.

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Del fútbol al maratón y ahora motivador

A diferencia de Fernández, Francisco Sanclemente, de 30 años, tuvo una vida normal hasta los 18 años. El nativo del Valle del Cauca culminaba sus estudios de bachillerato y “jugaba fútbol como portero”. Entonces una inflamación de la médula espinal, también conocida como mielitis transversa, le impidió levantarse. Según colombia.co, Sanclemente declaró: “Desde el primer momento la vida te cambia. Empiezas a entender las cosas de otra manera y ahí me di cuenta de las pocas oportunidades que tienen las personas en condición discapacidad”.

Dos años después, mientras veía los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, Sanclemente entendió que todavía podía alcanzar sus sueños. “Vi los Juegos Paralímpicos de 2008 y pensé que quería volver a ser deportista. Sabía que podía volver y hacer más de lo que ya había hecho. Tenía que esforzarme más, pero iba a cumplir ese sueño”.

Fue así como el colombiano comenzó una rutina de levantarse a las cuatro de la mañana para entrenar diariamente, mientras en paralelo asistía a la universidad. En 2010, el deportista se alistó para para participar en la Media Maratón de Bogotá. “Viajé totalmente solo. Me descubrí, me olvidé por completo de la silla y encontré la independencia que necesitaba”, explicó él.

 

En 2016, Sanclemente se colgó la medalla de oro en la carrera más importante del continente, la Maratón de Buenos Aires. A partir de allí es embajador de Marca País y es patrocinado por Grupo Argos, BBVA, EPM y el Sheraton Bogota Hotel, entre otros. También es administrador de empresas, conferencista y por si fuera poco está certificado en coaching.

Amparado en sus conferencias, Sanclemente concretó los mencionados patrocinios para continuar su carrera deportiva y motivar a muchas personas.  De acuerdo con El Tiempo, una de las frases más célebres del atleta es: “De nada valen los logros si no puedes transmitir todo lo que has aprendido a los demás. No se trata solo de entrenar, competir y tener buenos resultados, sino también poder dejar una huella que pueda ayudar a alguien a ser mejor”.

El Tiempo concluyó que la reinvención es la enseñanza que puede dejar Francisco en sus seguidores. “Las circunstancias me obligaron a reinventarme, volver a la vida, volver a soñar en grande, y ese ha sido mi mayor logro en la vida”, aseguró.

 

LatinAmerican Post | Onofre Zambrano

Copy edited by Diana Rojas

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