AMÉRICAS

Brasil: en las haciendas, la esclavitud se disfraza de religión

¿565 brasileños en condición de esclavitud o 565 brasileños convencidos por una religión? 

Brasil: en las haciendas, la esclavitud se disfraza de religión

El 13 de mayo de 1888 con la Ley Áurea se abolía la esclavitud en Brasil. 130 años después parece que algunos sectores de la sociedad brasileña continúan apuntándole a la relación social de producción adoptada en el colonialismo. El pasado 15 de marzo fueron hallados 565 brasileños sometidos a esclavitud en las haciendas de una secta religiosa.

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A pesar de los grandes esfuerzos que organizaciones como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Human Rights Watch (HRW) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han realizado en contra de la esclavitud moderna y otras formas de explotación laboral, aún existe la esclavitud en América Latina y en el mundo.

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¿Secta religiosa?

Así es, si en 1988, en el caso de Fazenda Brasil, Verde, se trataba de un caso de esclavitud fundamentado en la vulnerabilidad económica, ahora en el 2018 se trata de un caso de convencimiento religioso.

Para el Ministerio de Trabajo de Brasil, encargado de realizar el operativo, lo más sorprendente no fue encontrar 565 personas en condiciones de esclavitud, puesto que desde el 2013 esta secta ya era investigada. Lo que sorprendió a los oficiales del operativo fue la reacción de los trabajadores al ver a las autoridades. La adoctrinación que habían recibido estas personas por parte de la Comunidad Evangélica Jesús, la Verdad que Marca generó que los trabajadores rechazaran la presencia del Ministerio de Trabajo. Una situación anómala en casos de esclavitud.

Estos 565 trabajadores fueron reclutados en São Paulo por líderes de la secta que los convencían de donar sus bienes a las asociaciones del grupo religioso y adicionalmente, los trasladaban a haciendas para trabajar en cultivos agrícolas y en establecimientos como talleres mecánicos, estaciones de servicio, restaurantes, propiedad de los líderes de la secta.

Mientras en 1988, se aprovechaban de los trabajadores de Fazenda Brasil verde por su situación de vulnerabilidad y se les engañaban con promesas de mejores expectativas de vida; en el 2018, según Marcelo Campos, fiscal que coordino el operativo se les convenció de ir con la idea de que “estas haciendas están protegidas del fin del mundo. Dicen que es una maravilla y el sueño de sus vidas”. El fiscal resaltó que, pese a que los propietarios fueron acusados penalmente, los trabajadores solo podrán salir de las haciendas cuando ellos mismos lo manifiesten. A pesar de que los trabajadores no sean conscientes de la gravedad del delito, los fiscales obligarán a los dueños de los establecimientos a pagarles retroactivamente todos los salarios y las garantías debidas desde que fueron reclutados.

El cambio en la esclavitud moderna

Al parecer la esclavitud ha tenido un cambio de modus operandi, se ha pasado de utilizar elementos de coacción, violencia física, abuso y explotación a utilizar ideas fanáticas de un fin del mundo, un temor infundado que se aprovecha de una creencia religiosa.

La preocupación por las formas de esclavitud moderna en américa latina se hace más grande al identificar que es uno de los delitos con mayores niveles de subregistro según la CIDH. Una de las principales barreras es la falta de información acerca del perfil de los perpetradores y de las mismas víctimas. Esta situación que hoy vive Brasil pone en jaque dos décadas de iniciativas exitosas en la lucha contra esas prácticas.

Un caso hace 30 años

Parecía que  los escándalos de Brasil por esclavitud habían quedado en el pasado después del caso de Fazenda Brasil Verde, caso en el cual una hacienda ubicada en el estado de Pará, desde 1988 presentaba una serie de denuncias por la práctica de trabajo esclavo y por la desaparición de dos jóvenes. Como resultado de las denuncias, en el 2016 la CIDH condenó al Estado brasilero de ser internacionalmente responsable por no garantizar la protección de 85 trabajadores sometidos a formas de esclavitud contemporánea y trata de personas, además de no haber garantizado el acceso a la justicia de otros 43 trabajadores rescatados en estas mismas circunstancias.

 

Latin American Post | Catalina Martínez

Copy edited by Laura Rocha Rueda

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