AMÉRICAS

Las FARC no han muerto: Así operan sus disidentes

El asesinato de los tres periodistas en la frontera colombo-ecuatoriana es el último crimen de quienes no aceptan la paz

Las FARC no han muerto: Así operan sus disidentes

Aunque una gran parte de los miembros de las FARC transita hacia la legalidad, ya sea como partido político o acogiéndose a los programas de reinserción, algunos no entienden su vida fuera de la violencia y, ajenos a los anhelos de paz de la mayoría, siguen cometiendo sus fechorías.

Read in english: FARC has not died: This is how its dissidents operate

Walter Patricio Artizala, alias Guacho, lidera la facción acusada del secuestro y asesinato de los dos periodistas ecuatorianos y su conductor en un zona limítrofe entre los dos países andinos. La violencia de estos y otros disidentes parece haberse extendido más allá de las fronteras colombianas.

La Fundación Ideas para la Paz (FIP) publicó recientemente un completo estudio en el que asegura que estas estructuras están preparadas para “desestabilizar las condiciones de seguridad en ámbitos rurales y urbanos, dinamizar economías criminales e influir negativamente en la implementación de los acuerdos para el fin del conflicto armado”. Según la FIP, estas disidencias no se mueven exclusivamente por fines económicos, sino también por políticos e ideológicos, buscando generar incertidumbre en el proceso hacia la paz en Colombia.

Se calcula que entre 1.200 y 1.500 efectivos componen estos grupos, algo menos del 15% del número total de miembros con los que contaba las FARC antes de su disolución.

El origen de esta disidencia está en el Frente 1 de la guerrilla, que a mediados de 2016 comunicó que se desmarcaba del Proceso de Paz por considerarlo una “traición”. Esto provocó que la cúpula de las FARC expulsara a cinco mandos rebeldes que desafiaron el tradicional esquema vertical de la organización. Ahora, varios departamentos del sur y el sureste del país como Meta, Nariño, Vaupés o Guaviare siguen bajo la amenaza de estos grupos escindidos de la guerrilla, aunque la presencia de estos miembros abarca hasta 13 de los 32 departamentos de Colombia. Ecuador tampoco escapa a este drama, pues un 5% del total de los ataques se han perpetrado en su territorio.

En los últimos 21 meses, las disidencias han sido acusadas de al menos 147 delitos como enfrentamientos, emboscadas o activación de artefactos explosivos. Siendo también responsables de reclutamiento y desplazamiento forzados.

Según la FIP, son tres los líderes de estas facciones: el ya mencionado alias Guacho, quien controla la zona de Nariño; Gentil Duarte, cuya área de influencia es el Meta; e Iván Mordisco, quien se concentra en Guaviare, Guainía y Vaupés.

De este trío, Guacho es el más violento de todos y el que tiene conexiones más fuertes con el narcotráfico. No obstante, el departamento de Nariño es el que alberga mayor superficie de plantaciones de coca.

Tanto Gentil Duarte como Iván Mordisco son miembros históricos de las FARC, muy convencidos de sus ideales. El primero incluso llegó a estar en La Habana en las negociaciones con el Gobierno, las cuales abandonó poco después y todavía hoy la razón sigue siendo un misterio.

Estas últimas acciones ponen una piedra más al ya de por sí complicado camino hacia la paz total en Colombia, pues hay una gran preocupación porque estas disidencias se sigan nutriendo y creciendo hasta convertirse en un serio problema.

 

Latin American Post | José María González Alonso
Copy edited by Marcela Peñaloza

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