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Juventud y servicio: Así fue la visita del Papa Francisco a Panamá

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Del 23 al 27 de enero, el Sumo Pontífice estuvo presente en la Jornada Mundial de la Juventud 2019 que tuvo lugar en tierras panameñas

Juventud y servicio: Así fue la visita del Papa Francisco a Panamá

Read in english: Youth and service: This was the visit of Pope Francis to Panama

El pasado domingo 27 de enero, a las 6:00 p.m., el papa Francisco se despidió de tierras panameñas, en donde estuvo desde el día 23. Durante los casi cinco días en Panamá, Francisco trató sobre todo temas relacionados con los jóvenes, en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, que tuvo lugar en ese país. Sin embargo, durante sus discursos también habló acerca de la política y realidad de la región, especialmente de la crisis de Venezuela. 

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Ahora bien, asuntos como el terrorismo en Colombia y la migración resultante de las luchas presentes en países de Centroamérica como Nicaragua y Guatemala, también hicieron parte de sus alocuciones. 

Iglesia joven

“¡Esta es la juventud del papa!”, fue la frase que, según Caracol Radio, se escuchó durante la visita del ‘Papa latinoamericano’ a Panamá.

Durante su papado, Jorge Bergoglio ha reconocido la importancia de las nuevas generaciones en el crecimiento y fortalecimiento de la Iglesia Católica. “Queridos jóvenes, ustedes no son el futuro, sino el ahora de Dios”, dijo Francisco, citado por el diario La Prensa.

Pero lo que más sorprendió entre la prensa fueron las declaraciones de Brenda Noriega, quien con otros cuatro chicos y chicos acompañaron al Sumo Pontífice en una reunión privada, como un acto simbólico en el que participaba Francisco y un joven en representación por cada continente de la Tierra.

De acuerdo con El País de Cali, Noriega aseguró que en dicha conversación, el papa Francisco no habló con eufemismos acerca de los abusos sexuales que parte del clero ha tenido hacia los niños, adolescentes y jóvenes de la Iglesia. “El papa nos dijo que esto era un crimen horrible y que la Iglesia no puede tolerar ese tipo de crímenes”, explicó la mexicana radicada en Estados Unidos.

Ante esto, agradeció a los cinco jóvenes por su espíritu humano y considerado hacia sus “hermanos”, y los instó a “rezar por ellos (las víctimas) y por los obispos”.

De regreso a las calles panameñas, el Santo Padre felicitó a la muchedumbre joven que lo acompañó durante gran parte de su visita, pues, tal como dijo, “podrían perfectamente haber optado por otras cosas, pero quisieron comprometerse, dar lo mejor de sí para hacer posible el milagro de la multiplicación, no solo de los panes sino de la esperanza. Necesitamos multiplicar la esperanza”.

“Gracias, gracias, gracias”, fueron las palabras finales a la juventud, durante la homilía que se llevó a cabo en el estadio Rommel Fernández, al cual asistieron más de “19.500 voluntarios”, detalló EFE.

El servicio como estilo de vida

Durante sus días en Panamá, Francisco no dejó de insistir en la importancia de la compañía y el servicio a los demás o, como él lo llama, de manera muy cristiana por demás, “el prójimo”.

“El prójimo es un rostro que encontramos en el camino, y por el cual nos dejamos mover y conmover: mover de nuestros esquemas y prioridades y conmover entrañablemente por lo que esa persona vive para darle lugar y espacio en nuestro andar”, dijo el Santo Padre, en declaraciones recogidas por Vatican News.

Pero, lo que más resaltó es la necesidad de observar al prójimo como “una persona”, en primer lugar. En su visita a la Casa Hogar del Buen Samaritano, según La Prensa, una institución religiosa que se preocupa por el bienestar de menores de edad en estado avanzado de enfermedad, el Papa afirmó que el prójimo es alguien con “un rostro concreto, real y no algo a saltear o ignorar”.

Es por esto que, para muchos expertos y asistentes al Viaje Apostólico de Francisco, la frase “Cercanía con el prójimo” es la que mejor explica el discurso del llamado Vicario de Cristo en Panamá.

“No quiero sangre”

Finalmente, Francisco no quiso ser ajeno a la realidad política y social de la región, por lo que, tal y como lo informó Caracol Radio, en medio del rezo del Ángelus, el 27 de enero, el Papa alzó su clamor al cielo y pidió por la paz y perdón de las almas de los 21 cadetes fallecidos durante el ‘carro bomba’ que explotó en la Escuela de Policía General Santander, el pasado 17 de enero, en Bogotá (Colombia).

Igualmente, expresó su solidaridad hacia los migrantes en Latinoamérica, quienes han buscado refugio en sus países hermanos, al tener que salir de territorios en crisis como el venezolano, nicaragüense o guatematelco. “Muchos de los migrantes tienen rostro joven, buscan un bien mayor para sus familias, no temen arriesgar y dejar todo con tal de ofrecer el mínimo de condiciones que garanticen un futuro mejor”, recordó Francisco.

Ahora bien, en cuanto a la situación venezolana fue mucho más claro y específico, pues, además de mostrar su miedo por un “derramamiento de sangre”, dijo estar presto a servir como garante entre el oficialismo venezolano, liderado por Nicolás Maduro, y la oposición, cuyo representante es el hoy presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.

“Tengo que ser equilibrado. No me gusta la palabra equilibrado. Tengo que ser pastor. Y si necesitan ayuda, de común acuerdo, que la pidan”, manifestó el papa Francisco en el avión que lo llevaba de Panamá a Roma, según informó El Clarín.

De esta forma, en Panamá, el Sumo Pontífice demostró una vez más su compromiso con la juventud, el crecimiento espiritual de la misma y la realidad político-social en la que se está desarrollando.  

 

LatinAmerican Post | Christopher Ramírez Hernández

Copy edited by Juliana Suárez

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