Los bancos de microcrédito no reducirán la brecha de género en la banca
La oportunidad de acceder a un crédito bancario debe ser en las mismas condiciones, tanto para el hombre como para la mujer. La solución está más allá de los bancos de microcrédito.
En Latinoamérica las mujeres siguen estando en desventaja financiera. A pesar de los esfuerzos que se han realizado, no se ha podido disminuir la brecha de géneros, ni en el sector laboral ni el sector financiero. Foto: Adobe Stock
LatinAmerican Post | Moises Campos
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En Latinoamérica las mujeres siguen estando en desventaja financiera. A pesar de los esfuerzos que se han realizado, no se ha podido disminuir la brecha de géneros, ni en el sector laboral ni el sector financiero. El acceso a créditos y financiamiento sigue estando muy restringido. Los programas de microcréditos implementados por diferentes organismos, tanto públicos como privados, no son suficientes para lograr un desarrollo real. Sin dejar de lado que las mujeres por lo general, se encuentran menos bancarizadas que los hombres.
Según la base de datos del Global Findex, en América Latina solo el 49% de las mujeres tiene acceso a una cuenta bancaria. Y de estas, solo el 11% tienen acceso a créditos. Esto significa que muchas mujeres ven limitadas sus capacidades como emprendedoras, profesionales y cabezas de familia.
???? "La inclusión de género y la inclusión financiera son fundamentales para reconstruir Latinoamérica de una manera sostenible." @pechi_agostina
4 EP: "Hablemos de Inversión con Impacto de Género".
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— ONU Mujeres (@ONUMujeres) August 25, 2021
Estudio del BID sobre el acceso a créditos
En un estudio llevado a cabo por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Chile, arrojó resultados que demuestran la desigualdad existente entre los géneros a nivel crediticio. Si bien estos datos se basan en un estudio local, se pueden extrapolar a toda la región de América Latina y el Caribe, dadas las similitudes sociales y económicas.
Nicole Pinaud, quien es de del Departamento de Administración FEN de la Universidad de Chile, dio a conocer, con base en este informe, cuáles son las principales causas de esta desigualdad. En especial porque las mujeres tienden a recibir menos aprobación de créditos que los hombres, e incluso reciben montos mucho menores.
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La inestabilidad laboral es la principal causa que se esgrime para no aprobar los créditos que se les conceden a las mujeres. Las mujeres tienen un 18% menos de posibilidades de que les aprueben un crédito que a los hombres. E incluso a estos se les aprueba de una forma más rápida y se les exigen requisitos básicos. En muchos casos a las mujeres se les solicitan una serie de requisitos adicionales para conceder un crédito.
Para muchos funcionarios de los bancos que participaron en este estudio, esto se debe a que las mujeres tienen una mayor percepción de riesgo. Al mismo tiempo, estas tienen por lo general, menores ingresos que los hombres. A esto también se le suma que a las mujeres les cuesta más la reinserción laboral.
Aumenta la brecha de género
En la pasada edición latinoamericana del Women Economic Forum (WEF), Nadia Sánchez de la organización She is, alertó que en el primer semestre del año pasado entraron en recesión laboral un 62,9% de empresas lideradas por mujeres en la región. Esta es una fundación sin fines de lucro orientada al empoderamiento de mujeres de bajos recursos en Colombia.
El principal obstáculo que tienen que enfrentar las mujeres para lograr una independencia económica y lograr emprendimientos exitosos, es el escaso acceso a créditos. Sin embargo, las mujeres cumplen más con las obligaciones financieras, pagando el 95% de los créditos que se les otorgan, en contra de un 70% de pagos recibidos por los hombres, según lo establecido por diferentes organismos internacionales.
Entre estos organismos se encuentran el BID y el Banco de desarrollo de América Latina (CAF), que han participado en estudios de la región, que demuestra la desigualdad existente en países como Chile, en la aprobación de créditos. Eric Parrado, quien es el Gerente General de Investigación del BID, afirma que la recuperación económica se encuentra en los emprendimientos liderados por mujeres, teniendo rostro de mujer el nuevo escenario económico. Para él, la recuperación económica de América Latina pasa por la plena inserción de las mujeres en la actividad productiva, con igualdad de condiciones.
Microcréditos para disminuir la desigualdad
En Latinoamérica se han desarrollado varios casos exitosos de programas de microcréditos. En un artículo de Tomas Miller-Sanabria, para Asofin, se puede ver cómo estos programas buscan la inclusión de la mujer en el sistema productivo y financiero. Uno de ellos es Women´s World Banking, que es una red internacional que brinda apoyo a instituciones en diferentes países de la región.
En países como Colombia, República Dominicana, Bolivia y Brasil se han presentado también interesantes propuestas a lo largo de los años, para reducir la brecha de género en el área financiera. Instituciones de la región, como Caja Los Andes, Fie y Banco Sol en Bolivia, Compartamos en México, Mibanco en Perú, Financiera Calpiá en El Salvador y el Banco Solidario en Ecuador, han desarrollado propuestas exitosas de microcréditos.
El papel de la banca
La directora regional de ONU Mujeres, María Noel Vaeza, afirma que es necesario que las instituciones financieras vayan más allá de la entrega de microcréditos, que por lo general se les dan a las mujeres. Las compañías de inversión, fondos de pensiones y las compañías del área de seguros, deben comenzar a ver la inversión en género como un negocio que vale la pena.
Una de las iniciativas a destacar es la Banca para Empresarias (Women Entrepreuneship Banking), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN). Este proyecto ofrece incentivos a bancos y otros intermediarios financieros, con el objetivo de que desarrollen y ofrezcan financiamiento para propietarias de emprendimientos de diferente categoría. Esto incluye créditos, garantías y asistencia técnica para los bancos, para que tengan las herramientas necesarias adecuadas para ofrecer productos y servicios ajustados a las necesidades de las mujeres.
Sin duda alguna, aún falta mucho para avanzar en la disminución de la brecha de géneros en el área financiera. Los microcréditos han demostrado no ser suficientes para lograr este propósito. A pesar de que se han desarrollado en la región propuestas exitosas de financiamiento en pequeña escala, es necesario desarrollar sistemas que se ajusten más a las necesidades reales desarrollo de las mujeres.