Colombia: ¿Por qué no ha cumplido Gustavo Petro con la mayoría de sus promesas de campaña?

Esta semana, el presidente colombiano, Gustavo Petro, informó que el Gobierno levantaba el cese al fuego que se había acordado con el Estado Mayor Central (EMC), la principal agrupación disidente de las FARC, liderado por Néstor Gregorio Vera, alias “Iván Mordisco”.

Esta medida se da luego de que el grupo armado asesinara a 4 jóvenes indígenas de la comunidad Murui. Estos menores de edad fueron reclutados por la misma EMC, pero asesinados en el suroccidente de Colombia por miembros del frente Carolina Ramírez. Según se conoció, las víctimas habían intentado huir y desertar.

De esta forma, la declaración oficial comunicaba que "el cese bilateral que había actualmente con este grupo armado en los departamentos de Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo”. Esta medida no solo representa un retroceso en un acuerdo de paz con un grupo armado que sigue causando muertes y violencia en el país. Este hecho también significa un claro obstáculo en su propuesta de la Paz Total.

Paz Total

Se le conoce como “Paz Total” a la apuesta de seguridad que intentó implementar Gustavo Petro. El presidente enfatizó su intención de poner fin a décadas de violencia en Colombia mediante acuerdos de paz con los diferentes grupos armados en el país. Entre los diálogos más relevantes se destacan con la guerrilla del ELN, hoy la guerrilla más grande de la nación.

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Pero esta no es la única negociación que parece fallida. En marzo, el Gobierno de Colombia suspendió el cese al fuego con las Autodefensas de Colombia, un grupo paramilitar. A pesar del intento y convicción que tiene Gustavo Petro con poder finalizar de manera pacífica los diferentes conflictos, la realidad parece ser más difícil. Ni siquiera porque Petro mismo representa la victoria de la izquierda en el país, los grupos armados de ideología socialista parecen estar conformes con firmar un armisticio y entrega de armas, tal como lo logró el expresidente Juan Manuel Santos con las FARC. Lo que deja en entredicho que la administración actual pueda cumplir aquella promesa de campaña con la que intentó convencer apoyos en zonas de conflicto.

Promesas con dificultad de cumplir

Pero la paz total no parece ser la única promesa que se le dificulta en lograr a la administración actual. Con casi un año de Gobierno, Gustavo Petro se encontró con un claro y gran obstáculo para cumplir sus propuestas: el Congreso. El legislativo colombiano es el principal motivo por el que varias de sus reformas no avanzan.

Petro llegó con una mayoría simple en su partido, Pacto Histórico, al Congreso. Sin embargo, logró acuerdos con varios otros partidos. Especialmente los partidos tradicionales: Liberal, Conservador y partido de la Unidad Nacional. Todos estos partidos están en diversos gobiernos, tanto durante los periodos de Álvaro Uribe, como Juan Manuel Santos y al comienzo de Gustavo Petro. Sin importar sus políticas, fueron siempre partidos oficialistas. Esto demostraba que con acuerdos (muchas veces criticados por tener, supuestamente, tintes politiqueros) sería la única manera de gobernar. Pese a esto, la mayoría de estos partidos ni siquiera apoyaron a Petro en la segunda vuelta, muchos incluso estaban con Rodolfo Hernández, lo que demostraba su lejanía ideológica. Tanto de los partidos, como varios de sus votantes, y apoyar políticas “radicales” podría ser contraproducente con su base electoral.

Pero, al momento de evidenciar si estos partidos estaban alineados a las principales propuestas del gobierno, los resultados fueron desfavorables para las intenciones de Gustavo Petro. Varios de estos partidos anunciaron su desaprobación a varias reformas, como la reforma a la Salud, una de las principales políticas y promesas de campaña. El presidente insiste en lograr cambios fundamentales en el sistema de salud colombiano, pero muchos temen que aquellas modificaciones terminen destruyendo el criticado sistema, que igual y muchos también defienden. Para esto, los moderados, tanto en el Congreso como en las calles, dejaron en claro que si se llega a pasar una reforma, deberá ser mucho menos ambiciosa de lo que Petro quisiera. Para esto, deberá arañar voto a voto de todos los congresistas hasta conseguir los apoyos necesarios. En esta, y en las demás reformas (laboral, pensional, tributaria, etc.). El Gobierno del cambio, como se le conoció a Petro, parece tener más dificultades de las esperadas.

El dilema de la minoría legislativa

A pesar de que la realidad legislativa del Gobierno es complicada, no es ninguna novedad. Incluso, la ausencia de mayorías en el Congreso fue uno de los argumentos de muchos para que Gustavo Petro llegará a la presidencia. En medio de una campaña tan polarizada, en la cual los miedos con Petro por su coqueteo con el chavismo, varios fieles al candidato del Pacto Histórico destacaron las minorías legislativas para gobernar moderadamente. Muchos cercanos al exalcalde de Bogotá afirmaban que una eventual presidencia de Petro sería imposible cambiar la constitución o destruir la institucionalidad, primero por sus ideales demócratas, pero también porque sería imposible con un Congreso en contra.

Petro se erigió como el candidato demócrata, que intentaría llegar a consensos con diferentes sectores para gobernar. En comparación con su rival en segunda vuelta, Rodolfo Hernández, un candidato populista y con una imagen de poco conciliador, el actual mandatario destacó al momento de evaluar el respeto por las instituciones.

Sin embargo, aunque este panorama era evidente y claro, al llegar a la Casa de Nariño, la realidad terminó sobrepasando los cálculos. Hoy, ese argumento que le permitió al Pacto Histórico a llegar al ejecutivo, es el principal problema al momento de lograr cumplir su plan de gobierno.