Medio ambiente

Bosques azules, los nuevos protagonistas del planeta tierra

En el mar está la capacidad instalada para capturar la mayor cantidad de carbono del planeta.

Vista aerea de Cispatá en Córdoba.

Los manglares son unos de los ecosistemas más eficientes para mitigar el cambio climático. / Foto: Clara Lucia Sierra

The Woman Post | Maria Lourdes Zimmermann

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Los manglares hacen parte de los denominados bosques azules y empiezan a ser protagonistas entre los cientos de ecosistemas que tiene el planeta tierra. Sus características y roles ecológicos marcan su papel en el drama del cambio climático global y se convierten en las superestrellas de la conservación.

"Los manglares y otros ecosistemas de carbono azul, como los pastos marinos y las marismas, son increíblemente eficientes para almacenar carbono", dice Isabelle Vanderbeck, experta internacional en aguas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP).

"Pueden absorber y almacenar hasta 10 veces más carbono que los ecosistemas terrestres, convirtiéndose en una parte fundamental de los esfuerzos para mitigar el cambio climático", añade.

El mundo está perdiendo estos ecosistemas a un ritmo alarmante, tres y hasta cinco veces más rápido de lo que se están perdiendo otros tipos de bosques.

"Más de un tercio de los manglares del mundo han desaparecido en los últimos 100 años. Es una tendencia que debe detenerse ahora mismo si queremos que sobrevivan las especies y comunidades que dependen de estos bosques costeros", dice Vanderbeck.

Manglar

Los manglares como parte de esos bosques azules que funcionan como máquinas de almacenamiento de carbono, se extienden a lo largo de las costas en las que los ríos de agua dulce se encuentran con el mar. Así es su biología, la misma que les permite prosperar bajo condiciones que son adversas para otros árboles por la toxicidad en la que crecen y se desarrollan.

Toleran salinidad alta y fluctuante y echan raíces en suelos salados y bajos en oxígeno, por eso el mal olor que emerge desde sus aguas y raíces.

Son altamente productivos y las comunidades que viven cerca a ellos, dependen de la oferta alimenticia que albergan y las materia primas que ofrecen, como madera de calidad para construcciones.

“Al cerrar la brecha entre la tierra y el mar, los manglares están llenos de vida. Sirven como hábitat de cría para muchos peces marinos y especies de invertebrados que encuentran alimento y refugio entre las raíces sumergidas.” explica Stacy Baez Oficial de Protección de Humedales Costeros y Arrecifes de Coral de PEW Research Center.

“Un gran número de peces, moluscos, almejas, ostras, cangrejos, pájaros y otros animales hacen sus hogares en medio de los manglares, creando un ecosistema abundante en alimentos para animales y humanos. Las comunidades costeras dependen de este hábitat para la seguridad alimentaria, los medios de vida y la recreación en todo el mundo ,“ aclara Baez.

Cuando la oferta de servicios es tan grande, las políticas de conservación se deben ampliar y fortalecer a favor de la conservación que favorece a la gente.

Pew sostiene que aunque los manglares tienen un gran valor por su biodiversidad intrínseca, también benefician a las comunidades que están trabajando para adaptarse y mitigar los efectos de un clima cambiante.

“Las raíces de los manglares estabilizan los suelos costeros, reduciendo la erosión y los niveles de inundación durante las tormentas”, explica Stacy Baez, mientras que los bosques amortiguan las costas del impacto total de las olas. Estos beneficios de protección contra inundaciones según la Oficial, solo superan los $ 65 mil millones por año. Además, los manglares absorben el dióxido de carbono que calienta la atmósfera y secuestran este carbono durante siglos en el suelo subyacente.

Vegetación de un manglar

Soluciones basadas en la naturaleza

Para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el creciente reconocimiento del papel de los manglares en la mitigación y la adaptación al cambio climático y el floreciente mercado global de compensaciones de carbono son una fuente de esperanza para los ecosistemas de manglares en todo el mundo.

Con el respaldo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), el proyecto Bosques Azules de UNEP y GRID-Arendal está trabajando con socios en ocho países para evaluar proyectos de carbono azul y otras soluciones basadas en la naturaleza que puedan replicarse y ayudar a los países a cumplir los objetivos del Acuerdo de París.

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"A través de Bosques Azules estamos explorando cómo se pueden aprovechar los servicios de los ecosistemas costeros para retener el carbono, combatir el cambio climático, impulsar la conservación y proporcionar medios de vida sostenibles", dice Steven Lutz, coordinador del proyecto en GRID-Arendal.

"Nuestros socios en la bahía de Gazi, Kenia, tienen el primer proyecto de mercado de carbono azul en funcionamiento en todo el mundo. Los créditos de carbono han estado apoyando a las comunidades a conservar y restaurar los manglares durante los últimos años. Las ganancias del proyecto también apoyan actividades de desarrollo comunitario como la construcción de pozos de agua dulce”, explica Lutz.

Actualmente el proyecto de Bosques Azules del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, trabaja en República Dominicana, Ecuador, Kenia, Indonesia, Madagascar, Mozambique, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos, para poner a prueba enfoques de conservación del ecosistema costero y promover el financiamiento de carbono con base en los manglares.

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