ANÁLISIS

Martin Shkreli, el hombre más odiado del mundo

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Ponemos en perspectiva el cierre del polémico caso 

Martin Shkreli, el hombre más odiado del mundo

Martin Shkreli fue hallado culpable en tres de ocho cargos legales relacionados a fraude en valores financieros. La jueza de Brooklyn, Bridget M. Rhode dio al gerente una pena que de efectuarse, podría superar los 20 años de prisión, dando fin a una puja legal que inició en septiembre de 2015 y que llamó la atención del mundo. ¿Cuál es la historia?

El estadounidense de 34 años labró su camino en la competitiva industria farmacéutica al Co-fundar MSMB Capital y Healthcare; fondos de inversión privado que proveían oportunidades de negocio en la industria farmacéutica, Turing Pharmaceuticals que producía medicinas y Retrophin, una empresa dedicada a la investigación farmacéutica.

La acción definitiva en la vida del gerente y financiero fue tomar el control político y técnico sobre la producción de un medicamento llamado Daraprim, una medicina que ha existido hace 62 años y que protege a recién nacidos y enfermos de VIH. El empresario norteamericano subió el precio de la medicina de USD $13.50 a $750 en una noche, según él, buscando añadir valor a sus accionistas.

Si bien sus acciones resultaron altamente cuestionables, fue su misma personalidad lo que hizo la diferencia para ser denominado el hombre más odiado del mundo: se burló de todos los medios de comunicación que le abordaron, su comportamiento cínico y mezquino enfureció a quienes le enfrentaron inicialmente en la corte y en todo momento aludió a que el caso se trataba de una fachada y que sus acciones no fueron ilegales.

Como gerente de un fondo de cobertura (hedge fund), Martin Shkreli es recordado en el medio por su enorme potencial y por tomar acciones disruptivas como recibir inversionistas con un estetoscopio en el cuello y pantuflas de broma.

El juzgado de Nueva York celebró el resultado del juicio al empresario como una apología a la justicia y un día importante en la historia de los juicios a financieros, sin embargo, entre el pliego de cargos a los que fue sometido el magnate no se encuentra cargo algún relacionado con la subida de precios en Daraprim. A pesar de la fuerte carga emocional que conlleva, la acción fue legal y no es castigable.

Al final del día, los cargos por los que Martin Shkreli será castigado son todos relacionados al manejo ineficiente del dinero de otras personas.

Las razones por las que la sociedad castiga al empresario no son por subir el precio de una medicina de la que dependen recién nacidos y enfermos terminales, sino por reportar valores falsos de los ingresos de MSMB Capital a sus inversionistas, por preferir levantar dinero para MSMB Healthcare que para MSMB Capital para beneficio de Retrophin y por tomar posiciones fallidas en el mercado de valores que se cubrieron fraudulentamente con dinero de otras empresas.

Martin Shkreli se encontraba en lo cierto respecto a muchos de sus comentarios despectivos a los medios de comunicación, en cuento a que el mundo en el que vivimos no castiga acciones como las que él tomó en el caso de Daraprim, y que ese caso puntual debe pesar en la conciencia del sistema en el que elegimos creer y no en la suya propia.

De acuerdo a las leyes vigentes, la razón por la que Martin Shkreli es conocido como el hombre más vil del mundo no es una por la que se le pueda castigar, mostrando un claro punto de mejora, además,  en nuestro sistema judicial.

  

Latin American Post | David Eduardo Rodríguez Acevedo  

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