La mayor firma estatal de Brasil busca reducir la deuda que la calificaba como la compañía energética más endeudada del mundo

Programa de Desinversiones y Plan de Negocios y Gestión 2015-2019

Desde la caída en los precios del petróleo, el escándalo provocado por la fijación de precios y sobornos políticos, y el aumento de su deuda, la más grande empresa de Brasil, Petróleo Brasileiro S.A., mejor conocida como Petrobras, se ha visto obligada a vender activos y a recortar gastos.

En junio del 2015, Petrobras publicó su Programa de Desinversiones, previsto para su Plan de Negocios y Gestión 2015-2019, cuyo objetivo es el de reducir la deuda (estimada en US$124 mil millones) y la generación de valor para los accionistas, a través de la desinversión de 15,1 mil millones de dólares en el bienio 2015 / 2016, y de 19,5 mil millones en 2017 / 2018 y la inversión en la extracción de petróleo en aguas profundas.

Pese a alcanzar los objetivos en el 2015, para 2016 informó que incumpliría su meta de desinversión, tras lograr desprenderse únicamente de activos por 13,6 mil millones y no alcanzar los 15,1 mil millones planteados. Como consecuencia, elevó su objetivo para 2017 / 2018 a 21 mil millones.

Actualidad

Según la actualización del Plan de Negocios y Gestión, para los años 2017/2021, Petrobras reconoce que sus objetivos tendrán que desenvolverse en medio de:

• Incertidumbre en la economía mundial: Estancamiento de la economía europea y la economía japonesa, desaceleración de la economía China, coyuntura en el Medio Oriente, elecciones en EEUU y la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, y el Brexit.

• Los bajos precios del petróleo debido al exceso de oferta

• Incertidumbre en la industria del petróleo.

• Transformación de la industria del petróleo: Cambio en el escenario competitivo, optimización de carteras de inversión, venta de activos, inversiones y costos operativos más pequeños, disciplina de capital y fortaleza financiera, y adecuación del efectivo.

• Contexto brasilero: Lava-Jato, escenario económico desafiante (desequilibrio fiscal, recesión profunda y prolongada, desempleo elevado, inflación fuera de lo previsto), transición política, y el programa de alianzas de inversiones del gobierno federal.

• Contexto Petrobras: Endeudamiento alto con concentración de los sueldos, costos elevados de la carga de la deuda, marco regulatorio desafiante (política de contenido local, la obligatoriedad para que sea operadora única y tenga una participación en los consorcios formados para explotar la zona petrolera offshore conocida como presal, y mudanzas frecuentes de naturaleza estructural), y disputas judiciales.

Las ventas de activos, tan necesarias para la continuación del programa de desinversión, se vieron estancadas durante el primer trimestre del 2017 por investigaciones, en medio de la turbulencia política por la que atravesaba Brasil. “Circunstancias extraordinarias hicieron que las ganancias fueran mucho más bajas en el trimestre”, justificó Pedro Parente, director de Petrobras desde julio del 2016, en una conferencia de prensa en Río de Janeiro.

No obstante, en marzo fue derogada la medida cautelar, proferida por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), que impedía que la empresa iniciase nuevos proyectos de desinversiones y concluyera aquellos que se encontraban en progreso, y la petrolera pudo seguir adelante con su Plan de Alianzas y Desinversiones, considerado uno de los principales pilares para alcanzar la meta de reducción del apalancamiento. 

En julio del 2017, la petrolera estatal anunció su intención de vender la totalidad de sus activos en Paraguay, donde cuenta con una red de 197 estaciones de servicios distribuidas en todo el país, y en octubre, el presidente de Brasil, Michel Temer, excluyó a la petroquímica Braskem del multimillonario programa de desinversión de la petrolera estatal Petrobras, luego de que la petrolera formara un grupo de trabajo con el accionista mayoritario de Braskem, Odebrecht, para facilitar su salida de la compañía.

Para noviembre, Petrobras comunicó la puesta en venta de sus activos en Nigeria y la inclusión de la refinería de Pasadena, en Texas y una participación del 50% de Petrobras Oil & Gas BV, comúnmente conocida como Petrobras África, en una lista de activos que la firma pondrá a la venta a fines del año 2018. Por último, finalizó el año con una reducción de su deuda en un 11% desde 2016, a 85.150 millones dólares.

Operación Lava Jato, escándalo de corrupción

Se denomina así a una de las más grandes investigaciones de corrupción en Brasil, que destapó un desvío de aproximadamente 2.000 millones de dólares de Petrobras, e involucró a decenas de altos ejecutivos, políticos (ministros, senadores y diputados principalmente de los partidos oficialistas) y firmas privadas tanto nacionales como internacionales.

El escándalo, que desató problemas legales, políticos y financieros, se dio a conocer en el 2014 con la detención de 24 personas de varios estados de Brasil. La red de corrupción consistía en el soborno a altos ejecutivos de la estatal brasilera y de otros cargos públicos, con el propósito de conseguir contratos sobrefacturados valorados en miles de millones de dólares. Altos  ejecutivos y políticos brasileros son investigados todavía como consecuencia del desvío de fondos públicos, el amaño de contratos y el pago de sobornos.

Producto de la operación Lava Jato, el ex presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, fue condenado 9 años y medio en julio del 2017 (6 años por crímenes de corrupción, y 3 y medio por lavado de dinero). Sin embargo, pese a la firmeza de la sentencia, Lula Da Silva no se encuentra sometido a prisión cautelar y esto le permitió apelar el fallo y postularse como candidato para los comicios electorales del 2018, en los cuales se perfila como uno de los favoritos de los sondeos hasta el momento.

Este 12 de diciembre se fijó el 24 de enero como fecha para decidir sobre la apelación del ex mandatario, y de confirmarse la condena, Lula podría apelar a una corte superior, pero sería marginado de su candidatura.

Latin American Post | Camila González C

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