Política

El Papa Francisco expresa su preocupación por la represión de la Iglesia en Nicaragua

En un acontecimiento reciente que ha provocado preocupación mundial, el Papa Francisco denunció la creciente represión contra la Iglesia católica en Nicaragua, encabezada por el gobierno del presidente Daniel Ortega. El Papa expresó su profunda aprensión durante su mensaje semanal dominical y su bendición en la Plaza de San Pedro.

La detención de sacerdotes y obispos genera alarmas

En los últimos días, doce sacerdotes y un obispo han sido detenidos en Nicaragua. Esta inquietante tendencia marca una escalada significativa en la actual represión del gobierno contra la Iglesia católica, que comenzó después de manifestaciones a nivel nacional en 2018.

El Papa Francisco, líder espiritual de la Iglesia Católica, expresó su solidaridad con el clero detenido y la comunidad católica en general en Nicaragua. Ofreció sus oraciones y apoyo a los sacerdotes afectados, a sus familias y a toda la Iglesia del país. El Papa enfatizó su esperanza de que se pueda seguir un camino de diálogo para superar los crecientes desafíos que enfrenta la Iglesia en Nicaragua.

Raíces de la crisis: protestas posteriores a 2018

Las raíces de esta crisis se remontan a las protestas generalizadas que estallaron en Nicaragua en 2018. A raíz de estas manifestaciones, el gobierno del presidente Ortega comenzó a atacar a miembros del clero, acusándolos de conspirar para organizar un golpe de estado contra el régimen. Los obispos católicos, durante este tiempo, habían pedido al presidente Ortega que buscara justicia para las personas que perdieron la vida en las protestas y que celebrara elecciones anticipadas como medio para resolver la agitación política.

En 2023, la situación empeoró aún más cuando el gobierno ordenó el cierre de una universidad dirigida por jesuitas en Managua. El líder mundial de la orden religiosa de los jesuitas acusó públicamente al presidente Ortega de intentar “asfixiar” no sólo a la Iglesia católica sino también a diversas instituciones cívicas del país. Esta medida marcó un importante punto de inflexión en la deteriorada relación entre el gobierno y la Iglesia.

Obispo Rolando Álvarez: despojado de su ciudadanía y sentenciado

La represión contra las voces críticas dentro de la Iglesia se intensificó cuando el obispo Rolando Álvarez, un destacado crítico del presidente Ortega, fue declarado culpable de traición en febrero pasado. Sorprendentemente, fue despojado de su ciudadanía y condenado a 26 años de prisión sin un juicio adecuado, lo que provocó indignación y condena generalizadas.

En respuesta al deterioro de la situación, el Vaticano tomó medidas para protestar contra las acciones del gobierno de Nicaragua. En marzo, se ordenó el cierre de la embajada del Vaticano en Nicaragua, lo que simboliza una ruptura en las relaciones diplomáticas. Además, en 2022, el nuncio o embajador del Vaticano fue efectivamente expulsado del país.

Preocupaciones internacionales y llamado urgente a una resolución

La situación en Nicaragua ha suscitado importantes preocupaciones dentro de la Iglesia católica y la comunidad internacional. La condena pública del Papa Francisco a la represión y su llamado al diálogo para resolver la crisis reflejan la gravedad de la situación y la urgencia de encontrar una resolución pacífica y justa. La difícil situación de la Iglesia católica en Nicaragua sirve como un crudo recordatorio de los desafíos actuales que enfrentan las instituciones religiosas en varias partes del mundo. Subraya la importancia de defender la libertad religiosa y los derechos humanos.

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