Travis Scott y la tragedia de Astroworld: ¿qué puede aprenderse de este caso?

El mundo de la música vive una resurrección más que esperada por parte de los fanáticos, quienes han tenido que esperar durante mucho tiempo la reapertura de las distintas actividades que la pandemia por el coronavirus había suspendido o cancelado.

Uno de los rubros más afectados, sin lugar a dudas, ha sido el de la industria musical, pero lentamente ha ido recuperando espacios y ha podido realizar conciertos de manera presencial aunque con aforos reducidos. El concierto celebrado el pasado fin de semana en Houston (Texas) por el cantante Travis Scott, que se dio en el contexto de la realización del festival de Astroworld, fue uno de los ejemplos de esta nueva normalidad.

Sabido es que Travis Scott suele ser sumamente enérgico en sus presentaciones y eso incita a sus seguidores a que disfruten al máximo de sus presentaciones y que se genere cierto alboroto. Pues bien, en este concierto del fin de semana pasada todo terminó en una tragedia, luego de que se produjera una turba en el interior del recinto, en donde más de 50.000 personas que disfrutaban de la presentación del rapero empujaran hacia el escenario y causara que una decena de los asistentes terminaran heridos y lamentablemente ocho personas perdieran la vida, según las autoridades locales.

Ante el accidente, Scott ha lamentado lo sucedido y se ha comprometido a pagarle el dinero de las entradas a todos los asistentes, así como también el prestarle ayuda en materia de salud mental a las personas que terminaron siendo afectadas después de la fatídica noche.

¿Qué otros accidentes similares han ocurrido en los últimos años?

Lamentablemente lo acontecido en el festival de Astroword se suma a una serie de tristes desenlaces que se han producido en otros conciertos a nivel mundial. Países como México, Chile, Venezuela, Brasil, Perú e Italia se han visto involucrados en accidentes de igual o mayor magnitud que lo acontecido en este concierto y que pone una vez más en riesgo la vida de muchas personas.

En Chile, en el año 2015 miles de personas se reunían al interior de un recinto privado para presenciar la actuación de la banda de punk británico Doom, quienes visitaban Chile por primera vez en toda su carrera. Esto generó mucha expectación por parte de la población. Sin embargo, todo terminó de la peor manera, cuando en la entrada del local se formó una avalancha humana totalmente descontrolada, provocando la muerte de cinco jóvenes, conmocionando al país y marcando un antes y un después en los protocolos para la realización y producción de estos eventos.

México también quedó marcado por un accidente de similares características, cuando hace más de una década cinco personas fallecieron en un concierto realizado en Monterrey, en el estado norteño de Nuevo León, luego de que una sucesión de disparos producidos en el interior del lugar provocaran el descontrol total de los asistentes. La multitud terminó aplastando muchas de las personas por el pánico ocasionado ante la balacera y por el intento de escapar hacia el exterior como fuese posible.

En diciembre del 2018, miles de personas en una discoteca de Italia, cuando estaban esperando el concierto de Sfera Ebbasta, uno de los artistas más escuchados por el público juvenil italiano, el olor a gas que se sintió en el lugar generó desconcierto en los asistentes. Al igual que en los casos mencionados con anterioridad, los asistentes al evento intentaron escapar, produciéndose un descontrol que le costaría la vida a cinco personas.

Lee también: ¿Cuánto cuesta ir a los conciertos más esperados del 2022?

Las acciones y lecciones que se deben tomar

Sin lugar a dudas, todas las tragedias que suceden en este tipo de eventos son para lamentar, pero sobre todo deben de ser un llamado de atención para los organizadores de los conciertos y los artistas que allí se presentan para que se generen acciones y lecciones que eviten este tipo de incidentes que ponen en riesgo la vida de miles de personas.

Los productores y organizadores deben de revisar con anterioridad el límite máximo del aforo permitido en un recinto, conocer en su totalidad las características del lugar y deben de estar sumamente bien coordinados con la seguridad. Si no existe tal comunicación entre los organizadores y si falla el plan de seguridad, es muy probable que aumente el riesgo de que se produzcan accidentes de gravedad.

Mientras que los artistas deben de aprovechar todas las plataformas habidas y por haber y realizar llamados a través de sus redes sociales en donde inviten a sus fanáticos a que disfruten de sus shows pero siempre con responsabilidad, tranquilidad y sin desatar el caos. De lo contrario, accidentes como el ocurrido en Houston en plena presentación de Travis Scott seguirán ocurriendo y serán más las desdichas que lamentar, cuando se pudieron haber sido evitadas.