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El poder de las hinchadas en la política latinoamericana

La pasión del fútbol en Latinoamérica es tan grande que su influencia ha permeado otros aspectos de la vida cotidiana, como en la política. Las hinchadas han sido una fuerza política que desequilibra elecciones.

Hinchada en el estadio

Foto: Wikimedia-Nazzareno Zannini

LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández

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Read in english: The Power of the Hooligans in Latin American Politics

El fenómeno del barrismo en Latinoamérica hace parte de la cultura. En varios países de la región, estos grupos de hinchas logran tener un impacto tácito en aspectos positivos como negativos, desde cambios sociales hasta problemas de violencia. Esta gran influencia termina por trascender en la política.

Recientemente, Colombia fue el último ejemplo de cómo muchas veces el fútbol y la política en Latinoamérica tienen límites borrosos, en los que no se sabe cuándo termina uno y empieza el otro. El fin de semana pasado, un conflicto entre los directivos de Atlético Nacional y su barra popular (Los Del Sur) terminó con un acto de violencia en el estadio. El equipo y la barra tenían acuerdos de beneficios y contratos de logísticas que decidieron cancelar, lo que parece ser la provocación para los actos de protesta violenta. Pero lo llamativo fue la postura que tomó la alcaldía de Medellín.

Tanto el alcalde Daniel Quintero como su secretario de Gobierno, Juan Pablo Ramírez, culparon al equipo de ser corresponsable de los hechos. Sin embargo, la opinión pública considera que el uso de la violencia cuando Nacional canceló los acuerdos con la barra puede rayar con la extorsión. A pesar de estos hechos, el ejecutivo de la ciudad tomó partido a favor de la barra. Posteriormente, varios medios dieron a conocer contratos entre integrantes de la barra y la alcaldía, así como la cercanía de varios miembros del distrito y la barra. Todo esto, justo en año de elecciones y donde un grupo tan numeroso como Los Del Sur pueden ser un capital electoral importante.

Pero este no es el único caso en que fútbol, barras, y poder político en Colombia o Latinoamérica se unen. Acá hay otros claros ejemplos donde el fútbol y la política parecen fusionarse.

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Junior de Barranquilla y la Familia Char

Actualmente, el equipo que más influencia política evidente tiene en Colombia es el Junior de Barranquilla. El equipo es el más popular (solo compite con el Barranquilla FC que sirve como una filial) de la cuarta ciudad colombiana. Igualmente, es el más ganador y con la mayor hinchada en toda la región caribe. Los dueños del equipo son los miembros de la familia Char.

Personas de la familia, representada en Fuad, Alejandro y Arturo Char han sido alcaldes de la ciudad, gobernadores del departamento del Atlántico, congresistas de Colombia y candidatos presidenciales. Se critica que en época electoral el Junior hace una gran inversión de jugadores y que cuando el equipo va mal, la popularidad política de la familia cae.

Sin embargo, casos como el Junior en Barranquilla no son los únicos en Colombia. El Deportes Tolima y el exsenador Gabriel Camargo también cumplen la condición de política y fútbol.

Boca Juniors y un presidente de la nación

Otro importante caso de política y fútbol pasó en, posiblemente, el país más pasional en el fútbol de toda Latinoamérica: Argentina. Mauricio Macri fue en su momento presidente del club Boca Juniors, el más grande y popular de todo el país. Su desempeño en la presidencia del club xeneinze le sirvió como un trampolín para luego ser candidato presidencial. Bajo una postura de derecha, Macri logró destronar al kirchnerismo que llevaba años en el poder y formó las bases de la oposición actual (conocida como macrismo).

Igual, y muy popular en estos días, es el caso de Hugo Moyano. Este es un sindicalista (una fuente de poder muy importante en el país austral) de Choferes de Camiones que también fue presidente del Club Independiente de Avellaneda. Hace un par de días, fue condenado en primera instancia por no haber realizado los aportes sindicales a los trabajadores en el club.

Un ídolo político en México

Otro gran caso reconocido fue el de Cuauhtémoc Blanco en México. Quien fuese un ídolo de la selección Azteca, hoy es uno de los políticos más influyentes del país. Pasó de ser el segundo máximo goleador del Club América y tercero de la selección a alcalde de Cuernavaca y ahora gobernador de Morelos. Siendo parte del partido oficialista del presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena, Blanco llegó a gobernar uno de los estados más densamente poblados de todo el país.

Un club políticamente de izquierda

A pesar de que este fenómeno pasa en varios clubes en diferentes países, el caso de Corinthians en Brasil es particular. El club más popular de São Paulo (y posiblemente uno de los más grandes de Brasil y el mundo) tiene importantes lazos con el Partido de los Trabajadores. Por ejemplo, luego de las últimas elecciones presidenciales en Brasil, miles de bolsonaristas salieron a desconocer los resultados. Muchos crearon bloqueos en vías y carreteras. En ese momento, varios hinchas del Corinthians (también hubo casos de “torcedores” del Atlético Mineiro) salieron a quitar los bloqueos y colgaron banderas en pro de la democracia. Es tanta la unión, que el actual presidente, el socialista Luiz Inacio Lula da Silva, también ha sido claro en su amor por el “Timao”.

La actividad política de los hinchas del Corinthians tiene una larga data, desde los años 80's, cuando ejercían una fuerza en restablecer la democracia en Brasil. Tanto que se formó el movimiento Democracia Corinthiana, cercana a los valores de su más grande ídolo: Sócrates, el astro brasileño que fue activo políticamente con ideales de izquierda.

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