China, el nuevo imperio en África

El mundo actual es fruto de procesos coloniales e imperialistas de las potencias occidentales. Las fronteras, los bordes, las desigualdades tienen, en gran medida, causas del pasado imperial en el planeta. Tradicionalmente, estos imperios modernos vienen de occidente: Europa y Estados Unidos. Sin embargo, no solo han sido las potencias occidentales los países imperiales. Un claro ejemplo del siglo pasado fue Japón, quién con su imperio, logró conquistar e implantar un régimen en el oriente asiático. Incluso, hoy en día, se recuerdan varias violaciones de derechos humanos.

Pero un imperio del pasado que hoy está retomando su influencia mundial es China. Previa a la llegada de imperios europeos en Asia, China fue superpotencia en la región, implantando un imperio temido y respetado por sus vecinos. Pero ese modelo imperial del pasado, parece estar siendo modificado en la actualidad con la China de Xi Jinping, quien hoy parece imitar más a los imperios europeos que a los imperios asiáticos.

China se ha posicionado como una importante potencia global y su influencia no solo es económica y de inversión, también es un importante aliado de seguridad y cooperación.

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Los asiáticos con la mayor población mundial han dejado atrás los niveles de pobreza y pasaron de ser un país tercermundista a uno donde la calidad de vida de sus habitantes supera a muchas naciones en Latinoamérica. No solo es el mercado más grande del mundo, sino que cada vez sus ciudadanos tiene un alto poder adquisitivo. Estos cambios también han generado un aumento en la demanda de productos de parte de China y, pese a su gran extensión, igual necesita importar gran cantidad de materiales.

Hoy, China importa más de 100 mil millones de metales cada año, lo que significa el 25% del metal en el mercado mundial. Por ejemplo, desde 2003, China superó a Estados Unidos como el mayor consumidor de cobre. Todos estos materiales se tienen que conseguir de afuera y África, siempre ha sido una excelente oferta de recursos naturales. Pero la influencia de China en África no solo se limita a comerciar con los países, la expansión de las empresas chinas en el continente africano también ha crecido. Hoy, hacen presencia en construcción de grandes proyectos de infraestructura, en extracción de minerales y petróleo, en venta de productos. China le compite de cara a occidente y sus empresas.

China como Imperio en África

En 2007, Ali ASkouri, presidente del Grupo de Investigación Piankhi, aseguró que China tiene su primera colonia en África: Sudán. La organización denuncia hostigamiento y persecución a 70.000 residentes en la zona donde se construía la presa Merowe. También se denunció este año que la justicia de la República Democrática del Congo ordenó a Pekín a pagar más de 17.000 millones de dólares por el incumplimiento en un acuerdo de infraestructura. Según el informe de la Auditora, las empresas estatales chinas Sinohydro Corp y China Railway Group Limited fallaron la construcción de carreteras y hospitales que debían desarrollar al quedarse con el 68% en la participación de Sicomines (empresa minera).

Igualmente, las denuncias de violación de derechos humanos a trabajadores africanos por parte de empresas chinas no es nuevo. Según LISA News, “China Road & Bridge Corporation había impartido una política de segregación deliberada, en la que los supervisores del país asiático discriminaban repetidamente a trabajadores locales contratados para el proyecto de construcción de un nuevo ferrocarril”. 

La expansión china no solo ha sido en cuanto a lo económico. Desde 2017 ya se anunció el primer “centro de apoyo logístico” en Yibuti. Esto, para muchos, es considerado la primera base militar internacional del gigante asiático. Esta base es de una importancia geoestratégica vital, ya que garantiza seguridad en el Mar Rojo y el Golfo de Adén. Esta zona es de una gran importancia comercial por el canal del Suez y la amenaza de terrorismo y piratería.

A pesar de que China demuestra un aumento en influencia, los países del continente deben mantener la independencia y autonomía para poder navegar dentro del no alineamiento. Es preciso entender que tanto en el caso de China como Occidente, ambas opciones tiene sus beneficios y amenazas. Ambos están haciendo procesos imperialistas, a pesar de que el pasado reciente cree una mayor desconfianza hacia Europa y Estados Unidos.