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¿El fútbol definirá las elecciones regionales en Colombia?

Varios políticos usan sus equipos de fútbol como trampolín para las próximas elecciones regionales de Colombia.

LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández

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Colombia, como la mayoría de países de Sudamérica, respira y vive por el fútbol. El balompié despierta una pasión y emociones que muchos políticos encuentran en esta, una envidiable herramienta para apalancar candidaturas.

La unión entre fútbol y política se evidencia en varias ocasiones. Ya sea por equipos de fútbol con una clara alineación ideológica (como el Corinthians en Brasil, el Rayo Vallecano en España o el Saint Pauli en Alemania) o porque sus directivos llegan a la política, como el caso de Mauricio Macri en Argentina.

Este matrimonio tiene un nuevo episodio en las próximas elecciones regionales en Colombia, en las cuales el fútbol parece tendrá un papel protagónico.

Consolidación del tiburón

Cuando en Colombia se habla de fútbol y política, usualmente la primera relación que hay es entre el Junior y la familia Char. El dueño del equipo de Barranquilla, Fuad Char, es la cabeza de una de las familias más poderosas de la costa Atlántica. Son propietarios de, además del equipo de fútbol, los supermercados Olímpica y la emisora Olímpica Estéreo.

Pero el poder económico y deportivo de la familia Char no se queda solo en esto. Alejandro y Arturo, hijos de Fuad, fueron alcalde de Barranquilla y Congresista de Colombia. Adicionalmente, varios de sus ahijados dominaron la alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico, siendo un fortín político casi inquebrantable.

Usualmente, el Junior de Barranquilla termina siendo la plataforma perfecta para poder seducir el voto local. Al ser el equipo más representativo de la región, los éxitos deportivos terminan asociándose al nivel de gobierno de la familia Char. Entonces, si el equipo tiene buenos resultados, los miles de hinchas en la ciudad y la zona tienen la sensación de un buen manejo administrativo en la ciudad. Además, que evidentemente la industria del deporte también activa y refuerza la economía local.

Es por esto que, muchos opositores a la familia denuncian que previo a elecciones es cuando vienen grandes contrataciones. En los últimos años, el equipo de Barranquilla es el que mayor gasto ha hecho en la liga colombiana, trayendo nombres multimillonarios como Carlos Bacca, Miguel Ángel Borja, Yimmy Chará, y (el más destacado) Juan Fernando Quintero. Un presupuesto mucho mayor al de cualquier otro equipo colombiano en los últimos tiempos.

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Es tanta la simbiosis entre rendimiento e inversión en el equipo y la política, que cuando los hinchas están inconformes, en redes alientan a votar por los partidos opositores a los Char. Esta es una amenaza real o solo tendencias de redes sociales, demuestran cómo para muchos, la línea entre fútbol y política es, por lo menos, gris.

El diablo en el Valle del Cauca

El nuevo hombre en la política se llama Tulio Gómez, dueño de uno de los equipos más grandes de toda Colombia: el América de Cali. El empresario aspira a la gobernación del Valle del Cauca, en el cual la hinchada del diablo rojo es mayoritaria. Muchos ven esta jugada como una estrategia similar a la realizada por la familia Char en Barranquilla.

Adicionalmente, este último semestre, el América fue el equipo que mayor gasto generó por sus nuevas contrataciones. Dentro de los importantes nombres que llegan al club destacan Víctor Ibarbo (con pasado en la Roma de Italia) y Edwin Cardona (figura en Boca Juniors hace algún tiempo). Estos nombres se suman a Carlos Darwin Quintero, quién llegó a principios del año luego de destacarse en la liga mexicana y la MLS.

El peso del discurso

Otra situación que marcó la relevancia del fútbol en la política colombiana pasó en el departamento de Santander, uno de los más relevantes del país sudamericano. El candidato opositor del partido Alianza Verde, Ferley Sierra, más conocido como “Profe Ferley” vivió una ola de críticas por un cuestionamiento que hizo hacia James Aguirre, el arquero del Atlético Bucaramanga (el equipo más representativo de la región), debido a que el padre del deportista es hijo, según Sierra, de un "narcotraficante extraditado” y cuestionó que el equipo santandereano lo tenga en su nómina.

Esto despertó el rechazo de todos los hinchas del equipo, ya que no ven cómo el joven atleta deba pagar las actuaciones de su padre. Adicionalmente, es un jugador de la región (no muy usual en el equipo) y que lleva varios años jugando, lo que generó una cercanía con la hinchada. El “Profe Ferley” debió retractarse, e incluso, puso a consideración su candidatura si los santandereanos consideraban si, luego del hecho, no la apoyaban.

Igualmente, otro candidato para la gobernación que debió sortear críticas “futbolísticas” es Horacio José Serpa, hijo del reconocido político liberal y exgobernador de Santander, Horacio Serpa. José Horacio ha hecho su vida política en Bogotá, ciudad en la que ocupó el puesto de concejal de la capital colombiana. Ahora, el candidato está lanzándose a la gobernación del departamento, esperando heredar el capital político. Sin embargo, muchos critican su poca cercanía con la región, para lo cual le sacan en cara su amor por Millonarios, el equipo de fútbol más representativo de Bogotá y con hinchada en todo el país. Normalmente, los políticos regionales suelen apoyar los equipos de la región (Atlético Bucaramanga o Alianza Petrolera) y su cercanía por el equipo azul la ven como una muestra de su poca relación con el departamento.

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