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6 meses de la llegada de Dina Boluarte ¿Qué ha cambiado?

Son 6 meses desde que el Congreso del Perú ordenó la destitución de Pedro Castillo y, con esto, la llegada de Dina Boluarte.

 Dina Boluarte

Foto: TW-DinaErciliia

LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández

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Perú vive en una constante crisis política, en la cual, la estabilidad de los presidentes siempre está en entredicho. Hace ya 6 meses que el presidente Pedro Castillo intentó disolver el Congreso debido a los intentos de impeachment y el bloqueo legislativo que afrontaba su administración. Sin embargo, el parlamento peruano decidió entonces destituirlo, y es así como Dina Boluarte (vicepresidenta de Castillo) asumió como primera mujer mandataria del Perú. Con medio año de presidencia, ¿ocurrió un cambio en la estabilidad de Perú?

Protestas mortales que aún hoy persiguen a Dina Boluarte

La primera consecuencia de la destitución de Pedro Castillo fue una crisis institucional y un estallido social. Miles de seguidores de Pedro Castillo salieron a las calles a protestar en contra de la presidenta Dina Boluarte y exigiendo la libertad de Castillo, su restitución o, de no conseguirla, elecciones anticipadas.

Estas manifestaciones fueron confrontadas desde el principio con una fuerte represión policial. Los enfrentamientos entre manifestantes en favor del expresidente y la fuerza pública dejaron, al menos, 60 personas fallecidas (59 civiles y un policía) y miles de lesionados, según WOLA. Incluso, Boluarte debió enfrentar esta semana su incidencia en estos hechos y declarar en el caso de genocidio, homicidio calificado y lesiones graves que adelanta la fiscalía del Perú.

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Estos hechos dejaron al gobierno de Boluarte en entre dicho. Muchos la acusan de cómplice de los hechos, tanto de la destitución de Castillo como de los muertos. Esto generó que la mandataria deba afrontar los problemas nacionales sin una base electoral y sin votos en el Congreso. Si ya Pedro Castillo tenía un legislativo en contra, Boluarte hasta ahora no pudo liderar al país. Es tanta la ingobernabilidad de la primera mujer presidenta del Perú, que tiene una desaprobación del 75%, según una encuesta de Ipsos en Perú 21.

El único atenuante, es que si el ejecutivo de Boluarte está en crisis, el legislativo está peor. El Congreso inca tiene apenas el 79% de favorabilidad ante los ciudadanos. Una muestra adicional de la crisis institucional y la desconfianza de los ciudadanos con las ramas del poder.

Ingobernabilidad

Más allá de no contar con apoyos dentro los electores o dentro del Congreso, también afrontó una crisis de alta tensión con los militares y fuerza pública. Esto, debido a que la presidenta, en una entrevista para el diario El Comercio, se desligó de los asesinatos durante la crisis institucional. Muchos militares vieron cómo Boluarte apuntó a los militares como únicos responsables.

Esto no solo dejó en entredicho la lealtad y gobernabilidad que tiene hoy el ejecutivo con policías y soldados, también dejó tambaleando la confianza de los peruanos en dirigir al país.

Elecciones aplazadas

Ahora bien, ante 6 meses de pocos resultados, la pregunta que surge es de unas eventuales elecciones que puedan volver a legitimar a ejecutivo y legislativo. Sin embargo, pese a que Boluarte intentó convocar a elecciones anticipadas, su poco o nulo apoyo legislativo terminó en la imposibilidad de pasar estas propuestas. De esta forma, de no haber cambios, Dina Boluarte terminará su periodo para el que Castillo fue electo (2021-2026). Una eternidad para muchos manifestantes que aún hoy piden adelantar los comicios. Tanto así que, según una encuesta de IEP, el 82% de los peruanos creen que se deberían adelantar las votaciones.

Ahora, el dilema es que sin la aprobación del Congreso, la única forma en que haya elecciones anticipadas es con la renuncia de Boluarte. Para muchos, la mejor decisión, ante una mandataria que consideran ilegítima. Pero para algunos otros, es una decisión arriesgada. Primero, porque podría generar una nueva crisis ante un nuevo cambio de presidencia. Además, de que su renuncia tampoco garantizaría que esta sea una solución cuando la población sigue estando polarizada, cuando tampoco hay un liderazgo de alguien perfilado a unir, y cuando el Congreso (altamente fraccionado) sigue con una impopularidad mayor al ejecutivo y que probablemente igual e intentará sabotear a quien quede de vencedor.

Crisis diplomática

Adicionalmente, a la constante crisis interna, durante el gobierno de Dina Boluarte también se generó una crisis diplomática. Las relaciones con los gobiernos de Chile, Colombia y México hoy parecen inexistentes a pesar de ser sus aliados en la Alianza del Pacífico. La mayoría de los mandatarios latinoamericanos de izquierda se solidarizaron con Pedro Castillo y ven en Boluarte a una golpista. El aislamiento que sufrió Perú en la región deberá ser resuelto en un próximo gobierno (que podría tardar hasta 2026). A esto, el Congreso debe autorizar a la presidenta sus salidas al extranjero, lo que muchas veces es rechazado y termina con una mandataria aislada del resto de sus homólogos.

Los 6 meses de la primera presidenta del Perú no fueron lo que muchos habían esperado. El contexto de crisis y su poco poder de liderazgo ante una adversidad altamente exigente le impiden pasar a la historia del país en las páginas doradas. Sin embargo, ante la negativa de nuevas elecciones, Dina Boluarte aún tiene posibilidad de enderezar el camino y generar la confianza que los peruanos necesitan, con o sin el Congreso de su lado.

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