Este ha sido el impacto de la guerra comercial en la economía de los Estados Unidos
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El fin de la guerra comercial con China es presionarlos para revertir sus cuestionables prácticas comerciales, pero ya se siente el daño en la economía doméstica
En lo que va de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, resulta difícil identificar alguna parte que se encuentre ganando algo del enfrentamiento. En medio de la incertidumbre que trae esta guerra a la economía mundial, Trump pide a sus constituyentes confianza en sus habilidades de negociación. Se considera capaz de presionar a China para que cambie sus cuestionables prácticas comerciales, pero podría estar incurriendo en un enorme error.
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La industria del calzado expresa su descontento
Esta semana llegó a la casa blanca una carta firmada por 173 empresas de calzado, entre las que se encuentran Nike y Adidas, pidiendo al gobierno de Donald Trump que reconsidere su posición, pues los nuevos aranceles pueden causar un aumento de hasta 50% en el precio del calzado, amenazando la capacidad de compra de la población y el continuo empleo de los trabajadores de esta industria.
De todos los zapatos comercializados en los Estados Unidos, 70,7% de ellos provienen de China, según datos del Departamento de Comercio de este país. Para estos bienes, los aranceles comienzan en 11,3% del precio total, pero pueden ascender hasta 67,5%, una cifra estrepitosa que alarma a los fabricantes de calzado, entre los que también están Clarks, Converse y Dr. Martens.
La semana pasada Trump anunció que aumentaría los gravámenes sobre la mercancía China aun más, pasando del 10% al 25%, lo que contribuyó al pánico de la industria norteamericana del calzado.
“Sumar un aumento del 25% a los impuestos encima de los aranceles ya existentes podría significar que familias trabajadoras americanas tengan que pagar hasta un 100% adicional por sus zapatos” declararon en su carta. “Es hora de traer el fin de esta guerra comercial” concluyeron.
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Para Trump, la solución depende de que estas empresas trasladen sus fábricas a los Estados Unidos, pero para las empresas del calzado esto no es algo fácil.
“El calzado es una industria intensiva en capital, hay años de planeación involucrados en la toma de estas decisiones y las compañías no pueden simplemente mover sus fábricas para ajustarse a estos cambios” aseguraron las 173 empresas en su carta.
Un golpe para las economías rurales
No es secreto que Trump dependió de la población rural de los Estados Unidos para asegurar su elección en 2016, por lo que satisfacer sus necesidades debería entonces ser prioridad en su gobierno, pero la guerra comercial les ha significado ya muchos problemas.
En primer lugar, la orden ejecutiva que firmó el presidente Trump que prohibe a las empresas de telecomunicaciones el acceso a tecnología que suponga ‘una amenaza para la seguridad nacional’. Siendo así, algunas empresas, principalmente del proveedor chino Huawei, han tenido impactos insospechados en áreas rurales de los Estados Unidos.
En estas zonas alejadas, las empresas de telecomunicaciones dependen de proveedores baratos como Huawei para asegurar la cobertura. Puesto que no cuentan con muchos suscriptores, no les es rentable adquirir equipo de mayor envergadura y precio.
Mientras que las empresas de telecomunicaciones más grandes de los Estados Unidos, como Verizon y AT&T no utilizan equipos Huawei, algunos de los pequeños proveedores de este servicio en áreas rurales dependen ampliamente del equipo de fabricación chino.
“No podrías llamar al 911 si la red se encuentra deshabilitada” aseguró Carri Bennet ante CNN, representante del Rural Wireless Association, que agrupa a los proveedores de telecomunicaciones rurales.
Muchos agricultores, particularmente en la industria de la soya, el maíz y el trigo, también ven sus ingresos amenazados por los aranceles de Trump.
“Los agricultores eran la base de votantes de Trump. Ayudaron a elegir a este presidente (…) ahora el les da la espalda cuando más lo necesitan” declaró John Wesley Boyd Jr., un cultivador de soya, ante CNN.
Incluso más allá de esto, según un estudio de Brookings Institution, más de 2,1 millones de trabajadores industriales, en industrias tan diversas como la aeronáutica, la cervecera y la tabacalera, podrían ver sus empleos amenazados ante la continuidad de la guerra comercial.
LatinAmerican Post | Pedro Bernal
Copy edited by Juliana Suárez
