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Estados Unidos: ¿Son los estados con más tiroteos masivos los que tienen las leyes más laxas?

La frecuencia con la que ocurren tiroteos masivos en Estados Unidos mantiene siempre vivo el debate sobre si debe o no restringirse el uso de armas, más aún cuando cada estado tiene la facultad de legislar sobre el tema al interior de sus fronteras.

Donald Trump sosteniendo un rifle

Foto: Richard Ellis/Getty Images

LatinAmerican Post | Luis Angel Hernández Liborio

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El más reciente tiroteo masivo en Estados Unidos dejó un saldo de seis fallecidos en Nashville, Tennessee. Tres adultos y tres menores que se suman a la interminable lista de víctimas de este tipo de crímenes. La frecuencia con la que estos actos ocurren en el país mantiene siempre vigente la discusión sobre el empleo de armas y temas tan distintos como la salud mental, el acoso escolar o el peso político de la industria de las armas. ¿Será el momento de tomar una decisión radical sobre las leyes que rigen el acceso de las armas?

¿Qué es un tiroteo masivo?

Aunque podría parecer algo obvio, en realidad no existe una definición única y absoluta sobre lo que es un tiroteo masivo. Los conceptos han ido variando a lo largo de décadas, el problema radica en cómo definirlo para poder diferenciarlos de la violencia doméstica, actos terroristas, problemas entre grupos delictivos como las pandillas o los cárteles, además de víctimas de fuego cruzado. La importancia de una correcta definición atiende a las políticas que pueden adoptarse para tratar el problema, así como el manejo de la estadística. Para el FBI,  un tirador activo es una o varias personas involucradas de forma directa en el asesinato o intento de asesinato de personas en un área poblada. Para definirlo como “masivo” el tiroteo debe tener al menos tres víctimas en el mismo incidente, sin contar al tirador.

Considerando esto, en lo que va del 2023 han ocurrido 130 tiroteos masivos en Estados Unidos, de acuerdo con datos del Archivo de violencia de armas. De estos, solo 26 tuvieron al menos tres fallecidos, el más mortífero llegó a la cifra de 12 en enero pasado. En los últimos cinco años, la mayoría de los tiroteos se concentran en el sur del país: California, Texas, Florida, Colorado y Arizona lideran el número de estos eventos. No obstante, explicar la razón por la que estos estados tienen estas estadísticas no es algo sencillo, ya que pueden influir temas como el tamaño de la población, la salud mental, el racismo y las legislaciones locales sobre el uso de armas. Este último tema es en el que nos enfocarnos.

California

En lo que va del 2023, California lleva más de 40 tiroteos, tan solo en enero tuvieron tres en un espacio de 44 horas. El estado es uno de los que tiene mayores restricciones al uso de armas. Sin embargo, los ataques no han cesado. En general, la legislación californiana prohíbe el empleo de armas de asalto, armas de gran capacidad y que elevan el número de víctimas en tiroteos masivos. También se prohíben los silenciadores y se hicieron más estrictos los procesos de compra, pero existen armas modificadas o que las personas tienen en posesión desde antes de las últimas reformas. Aun así, las armas más “pequeñas” siguen teniendo mayor distribución y menores restricciones, aunque es un problema que va más allá de lo estatal.

Texas, Arizona y Colorado

La Constitución estadounidense proclama el derecho de sus ciudadanos a la posesión y utilización de armas, una ley que proviene de los orígenes del país y el contexto de su época, pero que dista mucho de ser acorde a la realidad actual. Pero mientras siga en la ley es tomada con seriedad y es precisamente Texas uno de los estados donde es algo "sagrado". Culturalmente, el porte de armas en Texas es un tema importante. Es un estado típicamente republicano, por lo que la defensa del uso de las armas es férrea y sus leyes, por lo tanto, flexibles. Las restricciones de edad, de portación en público y el papeleo para obtenerlas no son un problema en Texas. Al estar en la frontera con México, los cárteles de la droga aprovechan esto como una oportunidad para obtener armas fácilmente.

Al igual que Texas, otros dos estados fronterizos tienen leyes poco estrictas con el empleo de armas. Colorado y Arizona son también estados mayoritariamente republicanos, es decir, comulgan con el concepto de "libertad" asociado al empleo de armas, pero también con problemas asociados al racismo, la homofobia, la xenofobia y el machismo. En la mayoría de tiroteos en estos tres estados sureños podemos rastrear estos problemas gracias al tamaño de población migrante y el perfil político y social de estas entidades. Por ello, para los poseedores de armas, aficionados o profesionales, la delincuencia organizada y la industria de las armas, el sur de Estados Unidos es una especie de "paraíso".

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Florida

El estado ha ido un paso más allá de Texas, Colorado y Arizona. El congreso estatal aprobó un proyecto de ley que permite el uso de armas ocultas sin ningún tipo de permiso, lo que se suma a la compra sin restricciones que ya existe en Florida. El gobernador republicano Ron DeSantis lleva adelante su agenda cumpliendo las promesas sobre la flexibilización del uso de armas. Mientras tanto, Joe Biden ha tenido un tibio avance sobre sus promesas para el control de armas, limitándose a lograr endurecer los trámites para adquirirlas.

El poder de la Asociación Nacional del Rifle

Para comprender el poder de las armas en Estados Unidos es importante entender el papel de la Asociación Nacional del Rifle (en inglés NRA) cuya capacidad para hacer lobby es notable. Entre sus 5 millones de miembros podemos encontrar a personajes como el expresidente Donald Trump, la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin y a relevantes miembros de la industria de las armas. El peso de la NRA se hace notar en las cámaras del congreso y en la simpatía de gobernadores y políticos, mayoritariamente (más no exclusivamente) republicanos. La NRA apela a la Constitución como garante de la utilización de las armas, así que un cambio de fondo tendría que venir desde la modificación de la ley máxima, algo que luce casi imposible gracias al poder de la asociación a nivel estatal y nacional.

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